Mostrando entradas con la etiqueta SEVILLA EN LA HISTORIA Y LA LEYENDA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta SEVILLA EN LA HISTORIA Y LA LEYENDA. Mostrar todas las entradas

viernes, 2 de abril de 2021

SEVILLA EN LA HISTORIA Y EN LA LEYENDA

 

 

 

 


 

 Sevilla, en  el barrio de Triana, siglo XVII, nace la leyenda sobre el Cristo de la Expiración, esta poesía sublime cuenta la historia...

 


 



Los comentarios que deseen hacerme, lo pueden hacer en este enlace:

 

 Ginesfranconettihavuelto.blogspot.com


Foto de la red.

 

 

martes, 30 de junio de 2020

LÁGRIMAS DE S. PEDRO ESPECIALES







A la memoria de los que se nos han ido...

Lágrimas de San Pedro por las víctimas del Covid_19

La banda del Sol mantiene esta tradición que recuerda las tres veces que San Pedro negó a Jesús

Por
Actualizado:
«Por las víctimas, los cuerpos de seguridad del estado, médicos, sanitarios, enfermos, y todos lo que han estado en primera línea de batalla. No han pedido estar hoy pero han estado representados los cajeros, Lipasam, profesores, y en general a todos los cofrades de Sevilla». Esas han sido las palabras ofrecidas por uno de los integrantes de la formación antes del último toque de las Lágrimas de San Pedro desde el campanario de la Giralda en día de San Pedro y San Pablo.
En esta ocasión, el cuerpo de clarines y alabarderos que han recorrido el exterior de la Santa Iglesia Catedral, han contado con la representación de las fuerzas y seguridad del Estado, un sanitario, un guardia civil, un policía nacional, un policía local y un militar de la Unidad Militar de Emergencias. A lo largo del recorrido han recibido varios aplausos. Esto ocurrió durante el último toque, minutos antes de las doce del mediodía, mientras que hubo otros dos: el de la medianoche y otro a las nueve y media de la mañana.
A la entrada de la comitiva por la Puerta de Campanillas, los clarines y alabarderos rindieron tributo a la patrona de Sevilla y la Archidiócesis, la Virgen de los Reyes. Seguidamente, los clarines subieron a la Giralda, mientras que los alabarderos hacen guardia en la Puerta de Palos.
Se espera que repiquen las campanas a las doce en punto, para dar paso a los toques en los cuatro puntos cardinales para recordar las tres veces que San Pedro negó a Jesús. Por otra parte, los integrantes de la banda del Sol han lucido crespones negro en señal de luto, en un acto que ha tenido lugar cerca de la visita producida en este día por sus Majestades los Reyes de España.
Es la primera formación de cornetas y tambores que ha podido llevar a cabo un acto desde el inicio de la pandemia. De nuevo, tambores volvieron a sonar por las calles de Sevilla, algo que tan sólo anteriormente sucedió con la banda municipal en el acto celebrado en la puerta del Ayuntamiento el pasado 30 de mayo para homenajear a las víctimas del Covid_19.

Músicos de la banda del Sol en las Lágrimas de San Pedro / M. J. RODRÍGUEZ RECHI

¿Qué son las «Lágrimas de San Pedro»?

El nombre fue tomado por el apóstol San Pedro, primer papa de la iglesia, en el atrio de la casa de Caifás. Puede ser, una de las tradiciones más antiguas de Sevilla recuperar por el escritor y articulista de ABC, Antonio Burgos y el empresario Rogelio Gómez, con la ayuda del canónigo Federico María Pérez Estudillo y el por aquel entonces director de la banda del Sol, Eusebio Álvarez Ossorio.
Se trata de unos lamentos convertidos en toque de corneta, procedente del siglo XV cuando el infante Don Fernando regresaba de la conquista de Antequera, hicieron toques de regocijos, repiques y luminarias en la noche de San Pedro.
En 1551, el Canónico Rivera, destina sus bienes para financiar esta tradición. En las Memorias de fuego del abedor de la Iglesia Mayor Don Juan de Eguirola se hace referencia al pago de fuegos artificiales, por encargo del mayordomo del Cabildo Catedral, realizan Don Pedro de Villalobos y Don Francisco Alemán.





En 1629, el Cabildo dispone que sólo se permitan fuegos en la noche de San Pedro. Entre 1647 y 1648 es Don Diego Alemán el responsable de esta celebración. Se interrumpe esta tradición entre los años 1839 a 1865 reanudándose a partir de entonces y sin interrupción hasta 1961. En 1983, se solicita hasta que en 1986 vuelve a interpretarse esta tradición por parte de la banda del Sol.

TE RECOMENDAMOS



Y la Giralda lloró
Con sus campanas al vuelo
Y Sevilla estremecida
Honró a los que cayeron.

Por una triste embestida
En sus carnes la Giralda
Dejó sus huellas marcadas
Y gritó a los cuatro vientos
El llanto de sus campanas...

Concha Mingorance.


 






Para todas las familias dolientes nuestro apoyo, solidaridad y un fuerte abrazo.



 

abc.sevilla.es










sábado, 19 de enero de 2019

* MATUSALÉN SEVILLANO *



El Señor de Sevilla: Jesús del Gran Poder.




Como diría nuestro inolvidable Paco Gandía: "Las cosas verídicas de Sevilla"...y no es coña.

EL MATUSALÉN SEVILLANO

Allá por 1550, había nacido en Sevilla de familia hidalga, auque modesta, D. Juan Ramírez Bustamente, el cual deseoso de mejorar su fortuna, de vivir aventuras y alcanzar la fama, se embarcó para las Indias como solían hacerlo en aquel tiempo los jóvenes animosos y con hambre de gloria.

Se hizo piloto de la Carrera de Indias, y participó no solamente en los célebres "convoyes de la plata" que venían desde Veracruz a Sevilla con los galeones cargados de metales preciosos, y defendiéndose contra tempestades, y filibusteros, piratas holandeses y corsarios ingleses, sino también tuvo ocasión de formar parte de algunas de las heroicas expediciones que descubrieron para el mundo civilizado, islas ignoradas, archipiélagos inimaginables , en los mares de Oriente, allá por las Carolinas, los Palaos, las Molucas, y frente a Sumatra, Borneo, Java y la Sonda.

Fue D. Juan uno de los afortunados semidioses del Siglo de Oro español, a quien cupo la fortuna de vivir plenamente las aventuras, los viajes, los peligros y la gloria.

No obstante, incluso la aventura y la gloria cansan, acabó por retirarse de los viajes de exploración y conquistas, y se ajustó a una vida "moderada", consiguiendo el cargo de piloto mayor de la Carrera de Indias, con la que podía disfrutar de un año de navegación y seis meses de puerto, a las órdenes de la Casa de la Contratación de Sevilla. En este tiempo, tendría alrededor de cuarenta años de edad, se casó, enviudó, volvió a casar y volvió a enviudar, por aquel entonces las mujeres morían con facilidad de algunos partos...

D. Juan, en diversos matrimonios llegó a juntar una prole de cuarenta y dos hijos legítimos y por aquello que no  era un santo, (muy extendido en su época), añadió a su estirpe nueve hijos más de "ganancia", haciendo un total de cincuenta y un hijos, que llevaron todos sus apellidos, (incansable que era el hombre).


A los sesenta años bandonó el mar y se dedicó en Sevilla a la enseñanza de las matemáticas y la astronomía, en la Escuela de Mareantes. Así estuvo durante años, hasta los ochenta y cinco.


Decidió jubilarse de la enseñanza, pero se le ocurrió otra actividad en qué entretenerse el hombre, y fue ésta  la de realizar dibujos topográficos, alternando con lectura de libros de Santos Padres de la Iglesia. Por lo que decide con noventa y dos años, comenzar a estudiar la carrera de sacerdote, carrera que había implantado poco antes el Concilio de Trento.Así que el "joven" seminarista cursó sus cuatro de Humanidades y sus tres de Teología...y consiguió ordenarse sacerdote con noventa y nueve años de edad.


Y el día siguiente de recibir las sagradas órdenes, acudió el primero al Palacio Arzobispal y pidió ver a su ilustrísima. Cuando el prelado le recibió, (puso la misma cara que tú), Ramírez Bustamante, tras hacerle una modesta reverencia, le dijo:


-Ea, Sr. Arzobispo: ya he terminado mis estudios, y me he ordenado. Ya tiene usted un nuevo pastor dispuesto a atender a la cura de almas. Así, que he venido a pedirle que me destine algún curato en donde pueda ejercer mi ministerio. 


Muy sorprendido el prelado, (ya te digo), arguyó:


-Pero ¿con noventa y nueve años de edad, quiere un ejercicio tan trabajoso? Mejor será que  limitéis vuestra actividad a de misa matinal y rezar por los pecadores.

-No, ilustrísima. Si me he hecho cura ha sido para ejercer el ministerio.

Todo aquel año estuvo D. Juan solocitando un curato, y todo el año el prelado se lo negó. Hasta que D. Juan, cansado de esperar y picado en su amor propio, decidió acudir a remedios heroicos, escribir a la secretaría de S. M. D. Felipe IV, y pedir que en reconocimiento de los muchos méritos que había alcanzado como marino, como soldado, vencedor de piratas, descubridor de mares y maestre de navegantes, se le hiciera la merced de una plaza de capellán en la Real Armada de Indias. Causó asombro en la Corte, suscrita por un anciano que tenía tan brillante hoja de servicios, y el rey, no queriendo meter a D. juan en nuevas aventuras peligrosas, optó por atender su petición y escribió al arzobispo.

El arzobispo ante la petición del rey, no tuvo más remedio que ceder. Llamó a D. Juan a palacio.

-Por deseo expreso del rey, he cedido a encomendaros una misión pastoral. ¿Qué ejercicio queréis?
-Deseo una parroquia, ilustrísima.
-Pero ¿sabéis el trabajo que significa una parroquia? ¿No sería mejor una capillenía o una canongía?
-No, Sr. Arzobispo. Deseo una parroquia en donde dirigir a mis feligreses. Y si me lo permitís señalarla, os diré que en Sevilla hay una vacannte que es la que deseo.
-¿Cuál?          

Plaza de S. Lorenzo: Parroquia, a la derecha Basílica del Gran Poder

-La de S. Lorenzo, que está administrada ahora por los frailes de S. Antonio de Padua.

-¡Pero por Dios, D. Juan!¿Cómo le voy a meter en una parroquia donde viven los feligreses más difíciles de gobernar?
-Pues es la parroquia que quiero.

Fue nombrado. Aquel mismo día cumplía cien años y medio.

El arzobispo comentó con su secretario: -Bien, ya hemos satisfecho a ese pobre anciano su afán de ser párroco. Poco le va a durar con la edad que tiene, con los fríos de diciembre y aquellas paredes húmedas, el pobre se nos va a morir de una pulmonía por su tozudez.

Pues no; no se murió de pulmonía. Ni aquel ni al siguiente, ni al otro, ni al otro ¡Veindós años rigió con pulso firme la parroquia de S. Lorenzo de Sevilla!

Y no se murió de viejo, sino que se mató. Cierto día que había llovido mucho, y hubo de cruzar lo que se llamaba Las Pasarelas de S. Fco de Paula, unas escalerillas que cruzaban con la calle de Las Palmas, (hoy Jesús del Gran Poder), ni siquiera tuvo un mareo, simplemente se rompió uno de los peldaños con su peso y cayó de mala manera y se desnucó. Acababa de cumplir los ciento veintiún años. En dicha parroquia está enterrado. Sobre su tumba, con cierta dificultad puede leerse su nombre y sus azañas. Existe una extensa partida de defunción en que se detalla al detalle toda su vida. 

La chanza sevillana lo "bautizó" con el apelativo de "El Matusalén Sevillano" 














Fotos: Hermandad del Gran Poder y
www.visitarsevilla.es

Basado en:

Tradiciones y leyendas sevillanas.

José Mª de Mena, 2008.

Ed: Plaza & Janés.

martes, 15 de agosto de 2017

LEYENDAS SEVILLANAS


Ntra Sra de los Reyes.





Estando el rey S. Fernando en su campamento de Tablada, durante el cerco a Sevilla, poco antes de la conquistarla, se le ocurrió una noche quedarse en su tienda de campaña rezando. Mediada su oración se adormeció y tuvo la visión en la que se le apareció la Virgen, en figura de una imagen lindamente labrada.

-"Fernando, yo te prometo que habrás de conquistar Sevilla"-

Al despertar llamó el rey a su capellán, que era el obispo D. Remondo, y le contó lo sucedido. Pasado poco tiempo se cumplió la celestial promesa, S. Fernando pudo entrar victorioso en la ciudad.

Aposentado en el Real Alcázar, pasaba el rey frecuentemente tiempo, acordándose de aquella imagen que en sueños había visto y, para no olvidarla, quiso que artistas escultores la reprodujeran. Pero ninguno que había en su reino de Castilla fue capaz de conseguir una imagen que se le pareciera a la que él había soñado.

Cierto día llegaron al Alcázar tres jóvenes vestidos con el traje que solían llevar los peregrinos alemanes que hacían la ruta de Santiago de Compostela y que solían bajar al sur. Los tres jóvenes pidieron ver al rey. Les preguntó D. Fernando qué deseaban y ellos dijeron:

-"Señor, somos tres compañeros escultores que hacemos nuestro viaje de wanderschaft o viaje de perfeccionamiento de nuestro arte. Hemos recorrido la Alemania, la Francia, y ahora venimos a tu reino con el propósito de dar a conocer nuestro arte y aprender las reglas del vuestro"-.

Ofreciole el rey cuantas facilidades quisieran para su aprendizaje, y entonces replicaron agradecidos:

"-Señor, en pago a vuestra acogida generosa, os queríamos hacer algún regalo. Si nos permitís labrariamos para vuestra capilla alguna imagen de la Virgen.

Aceptó el rey el ofrecimiento y mandó a su mayordomo que les entregase cuantos materiales pidieran para su trabajo, pero ellos contestaron que no necesitaban nada, sino solamente un salón en donde les dejara trabajar sin ser vistos ni molestados por nadie.

Los encerraron, en una cámara del Alcázar y al cabo de unas horas, una criada curiosa miró por la cerradura y vio que los tres extrajeros no estaban trabajando, sino arrodillados cantando dulces plegarias, y acudió a decirlo al rey.

Quiso D. Fernando comprobar tan extraña conducta y se acercó a observar. Entonces reparó que encima de la mesa tenían ya hecha una primorosa imagen de la Virgen, que era exactamente la que el rey había visto en sueños.

Entró emocionado y al entrar quedó  cegado por el resplandor. La Virgen le sonreía y los tres jóvenes habían desaparecido. Comprendió S. Fernando que los tres jóvenes eran ángeles y le habían dejado allí la imagen de la Virgen, como un regalo del cielo. Confirmaron este pensamiento del rey los guardas y centinelas del Alcázar, pues no vieron salir a ninguna persona por las puertas de las murallas del Palacio Real, y por añadidura, escultores de Sevilla que examinaron la imagen, aseguraron que no era posible haberla labrado en tan breve tiempo, y cuyo material no era conocido.

Consultado el caso con el obispo D. Remondo lo declaró por verdadero milagro, y ordenó que se colocase la prodigiosa imagen en la capilla del Alcázar, con el nombre de Nuestra Señora de los Reyes. Pasado el tiempo y cuando murió el rey, dejó en su testamento que deseaba que su cuerpo estuviera sepultado a los pies de la dicha bendita imagen, por lo que la Virgen de los Reyes pasó a la catedral, poniéndosela en el altar de la Capilla Real donde el rey santo tiene su túmulo.

Nota:


El rey S. Fernando, la noche antes de entrar oficialmente en Sevilla tras la rendición del reyezuelo musulmán Axataf, durmió en una casa situada junto a la muralla, entonces se llamaba la calle Aldarve de Aben Manda, y que hoy se ha rotulado como calle Cano y Cueto. En dicha casa, a la altura del tercer piso hay un azulejo con el retrato de S. Fernando en recuerdo de su posada.

Foto:

Ana Fagúdez.

Es uno de los días más representativo religioso de nuestras más queridas tradiciones y que data desde tiempo de San Fernando.




Basado en:


Tradiciones y Leyendas Sevillanas.

José Mª de Mena
Ed: Plaza & Janés, 2008.

martes, 13 de junio de 2017

EL BALCÓN DE LA CALLE SANTA CLARA



Foto: Maldonati. Glorieta de Bécquer en el Parque de Mª Luisa, de Sevilla. Declarado Bien de Interés Cultural. En el centro del grupo escultórico hay un taxodio de los pantanos y traido de las Américas al jardín de los duques de Montpensier. Se realiza por iniciativa de los hermanos Álvarez Quintero, quienes donaron los derechos de autor de su obra "La Rima Eterna", para cubrir gastos. Obra del escultor Lorenzo Coudlant, fue inagurada en 1911.




Aquel niño de trece años soñaba con ser pintor de la Carrera de Indias. Su padre era un buen pintor, y el niño aprendía a dibujar, pero lo que le gustaba era dibujar barcos de vela: los galeones antiguos, las fragatas artilladas de sesenta cañones, que en el siglo XVII escoltaban flotas de doscientos navíos, la mayor flota que se ha visto en el mundo, grandiosa, descomunal como descomunal había sido el imperio.

Ah, pero eso se estaba perdiendo. Porque el muchacho de trece años había nacido en 1836. México había conseguido independizarse de España, tras la rendición de la fortaleza de Ulúa, y Perú tras la rendición del Callao, pocos años antes. Todavía cuando nació el muchacho se estaban firmando acuerdos internacionales consolidando y reconociendo la pérdida del Nuevo Mundo. Pero el muchacho no sabía esas cosas y seguía aferrado a su ilusión de estudiar la carrera de marino en la Escuela de San Telmo, de Sevilla, en cuanto cumpliera los catorce años. Y se matriculó en junio. El curso comenzaba en octubre. ¡Ay! El curso no empezó, la burocracia es lenta pero segura, Y la burocracia, aunque con años de retraso, se ha enterado por fin de que ya no tenemos colonias en América, no nos queda más que Cuba y poco más, y para eso no hace falta ya la Escuela de Marinos, la Universidad del mar, que formaba los cientos de pilotos cada año, para la Carrera de Indias; así que ya no hay flota, ni ruta.

Ay, el pobre muchacho. Ha cambiado sus sueños, ahora quiere dedicarse a las letras. Empieza a emborronar papeles, tanteando versos, a veces prosa.

El chaval había nacido, en la calle Conde de Barajas, número 18, en el barrio de S. Lorenzo, cuya calle principal es Santa Clara.

Aun extremo, la iglesia de S. Lorenzo, campanas a misa mayor. En la plazuela del costado vivió nada menos que Hernán Cortés. Y calle adelante, el palacio del barón de Sabarona, el convento de Santa Clara, donde estuvo el palacio del Infante don Fadrique, y la torre mitad románica mitad gótica, de la defensa del río. Más allá, el monasterio de S. Clemente, fundado por el rey Fernando el Santo, y patrocinado por Alfonso X el Sabio. Convento para infantas y princesas que se quedasen solteras, y hasta para refugio de la viudedad de alguna reina.

Y hacia la mitad de la calle, en la acera izquierda, el palacio de Santa Coloma. Los condes de Santa Coloma, que sutituyeron en el palacio a los Bucarelli, prócese de familia genovesa que en España fueron generales, almirantes y hasta uno de ellos virrey de México. Pero todo eso no vale nada. Lo que verdaderamente vale es la belleza de la condensa de Santa Coloma. ¿Tiene treinta años?

La condesa es la mujer más bella de Sevilla. No, no, la mujer más bella del mundo. Al muchacho de catorce años se le saltan las lágrimas de emoción cuando la ve cuidando las macetas del balcón, geranios rosa y gitanillas rojas.

La condesa sale al balcón dos veces cada día; por las mañanas, un momento, y al atadecer para regarlas. Sobre el balcón está recio y severo, el escudo en piedra con la heráldica familiar de los Bucarelli. Y en el borde del tejado, una hilera de nidos de golondrinas, que a esa hora del poniente revolotean sobre la calle, ante el balcón, de un extremo otro de la fachada del palacio.

Y el muchachito de catorce años lleva una larga hora esperando a que la bella condesa, la más bella mujer del mundo, salga al balcón. La condesa no mira más que a las macetas, a las golondrinas que pasan ante el balcón.

El muchacho no puede  contener sus lágrimas, sus lágrimas de enamorado sin esperanza. Amor, amor...

Se cerró la Escuela de Pilotos de la Carrera de Indias, y cerró este triste amor, por aquella mujer, la más bella del mundo, que nunca sabrá que un muchachito está llorando de amor por ella.

El muchacho se marchó a Madrid, a buscar fortuna en las letras. Escribió sin encontrar editor. Solamente pudo publicar sus versos en revistas pequeñas, marginales, pobres como él mismo.

Vivió pocos años. Sólo pudo alcanzar un empleo que le daba náuseas, figurar como director de un periódico, siendo el hombre de paja de una facción política, por unos céntimos.

Y se murió. Entonces se supo que era un buen poeta. Sus amigos, recogiendo donativos, y el donativo más espléndido lo hicieron el rey de España, Amadeo de Saboya y su esposa, ambas personas muy cultas y amantes de la poesía, pudieron costear la edición del único libro del poeta. Se publicó en Madrid, el año 1871, y en sus páginas se pueden leer unos versos de amor, dedicados a la mujer más bella del mundo, que se asomaba al balcón a cuidar sus macetas de flores. Los versos comenzaban con una triste queja de amor: "Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar"·... El libro se titulaba "Rimas", y su autor, muerto en plana juventud, se llamaba:
Gustavo Adolfo Bécquer...






Basado parcialmente en:

"Tradiciones y leyendas sevillanas"

José Mª de Mena.

ED: Plaza & Jané. 

lunes, 30 de mayo de 2016

SEVILLA EN LA HISTORIA Y EN LA LEYENDA: S. FERNANDO



Foto: Salvador Guzmán Moral. Urna de S. Fernando.





 S. FERNANDO, Y LAS IMÁGENES

Sabido es que al entrar en Sevilla el día de S. Clemente, 23 de noviembre de 1248, el rey traía tres imágenes: la Virgen de las Batallas, que solía llevar en el arzón de su silla y que está en la cripta de su sepulcro en la Catedral. Es de marfil y su base tiene forma cóncava; según se cree, para que sea mejor su adaptación a la silla de montar.

La Virgen de los Reyes, Patrona de la Archidiósisis, que preside la capilla de su nombre y a cuyos pies está la urna y cuerpo del Santo. Es la que llevaba también en sus campañas y la que montaba templo con "tienda de campaña".

Existe otra imagen de esta misma Virgen en la Catedral, en el centro de retablo del Altar Mayor y que pasa casi desapercibida para los visitantes, si no conocen esto de antemano.

Es tradición mantenida y conservada que en Córdoba llevó la Imagen de la Virgen de Linares, "Conquistadora de la ciudad", y que la instaló en el altar y dio culta en una torre de la muralla exterior, en el mismo lugar donde hoy se encuentra la ermita de su nombre. La imagen, muy antigua, tiene a sus pies una media luna, por lo que se cree que es la Inmaculada más antigua de Andalucía.

Otras muchas de diferentes comarcas y provincias se consideran fueron traídas por S. Fernando al conquistar la ciudad, villa Tentudia (milagro de ten-du-día), Valme (vá-leme, Virgen María)...
     OTROS ASUNTOS DE LA URNA

No entrando sobre sus milagros y apariciones de la Virgen, Tentudia...ni en las hazañas del esforzado adalid Garci Pérez de Vargas, toledano, que por cierto, era calvo y usaba capinilla y cofia ni de los almogávares del Sur, ni de las dudas de cierto cronista que afirma no está enterrada doña Beatriz, primera esposa de D. Fernando, en la Capilla Real pues fue sepultada en las Huelgas y no se tienen noticias de su traslado y por el contrario quien aquí yace es doña Juana de Pontieu; pero si os diré que la urna, donde hoy reposan los resto del Santo, rica y maravillosa obra debida a Juan Laureano Piña (1710), ayudado por treinta oficiales y maestros sevillanos, se colocó en su asentamiento actual e 1729, habiendo estado parados los trabajos desde 1718 por falta de  fondos; que a este artifice se le dejaron deber 1500 ducados y que jamás cobró, muriendo en la indigencia años después sin renunciar, no al cobro, sino a acabar su obra gratuitamente por amor al Santo.

Que con motivo de la proclamación de su santidad se celebraron fiestas, se elevaron arcos de triunfos, se adornaron todas las capillas de la Catedral, se celebró procesión con danza de los "seises", desfile y escolta militar con banderas y estandartes y la tropa cubrió la carrera, todo ello nos relata detalladamente D. Fernando de la Torre Farfán, Presbítero, y de todo ello se dio cumplida cuenta a S.M. el Rey y a la Reina Regente, según había ordenado . La fecha: el 11 de febrero de 1671, día de la proclamación; el 30 de mayo, las fiestas de ésta y del aniversario de su muerte... 

Foto: www.panoramio.com
Nota: Monumento al Rey Fernando III el Santo en la Plaza Nueva de Sevilla.
Existe un "lenguaje" de las estatuas ecuestres, según el cual, resulta de  cómo están las patas del caballo nos dicen cómo murió su jinete. En éste blog, podéis encontrar datos sobre estas curiosidades: "etiqueta", "Curiosidades", 22/7/2011, a vuestra disposición, seguidores...










jueves, 27 de noviembre de 2014

* TRIANA: CALLE DEL DUENDE *

                                                                                       
Triana: convento de San Jacinto.




A la terminación de la guerra entre Inglaterra y Francia, que se libró en España, y que impropiamente llamamos "Guerra de la Independencia", al avanzar los ingleses y tropas españolas por Triana, expulsando hacia Alcalá de Guadaira a los franceses y tropas españolas llamadas afrancesadas, se produjo un encuentro en el terreno que está comprendido entre el actual hospital de la Cruz Roja de Triana, y la Cava, (hoy llamada Pagés del Corro), en unas huertas que antaño se llamaban "El Mantillo Alto", en uno de cuyos callejones entre huerta y huerta quedó muerto un oficial francés.

Pasado algún tiempo, terminada la guerra, se empezó a edificar aquella zona formándose una calle, y los primeros vecinos observaron que a horas desusadas salía un hombre que recorría la calle y volvía a entrar en la misma casa de que saliera.

Pronto los vecinos de por allí empezaron a manifestar su temor, deduciendo que por las noches salía el espíritu de aquel francés que fue muerto en el último combate. Y como la gente era entonces piadosa y creyente, acudieron al vecino convento de S. Jacinto para pedir a los frailes que hicieran los posibles para que aquel ánima en pena abandonase el lugar y dejase tranquilos a los moradores de la calle. Pero de nada sirvieron los exorcismos, procesiones y rosarios de la aurora, porque de vez en cuando, inesperadamente, algún vecino que volvía tarde a su casa, de madrugada, se encontraba con el aparecido. Por este motivo aquella calle nueva  recibió el nombre de Calle del Duende.

Pasados unos años, y tras los sucesos de 1824 hubo una amnístia y sorprendentemente apareció el "duende", y que, recogido por una caritativa joven, había vivido oculto en la casa, donde, a falta de otro entretenimiento, tuvo varios hijos con su protectora. Se casaron, y ya el francés hizo vida normal, pudiendo salir de día en vez de hacerlo de madrugada.

La calle se siguió llamando hasta 1890, calle del Duende, y ahora se llama Ruiseñor, y es la primera que encontraréis a mano izquierda, pasada Pagés del Corro, y antes de llegar a la de Justino Matute... 





Fuente:



"Tradiciones y leyendas Sevillanas"

José Mª de Mena.

ED: Plaza & Janés-2007.

domingo, 16 de noviembre de 2014

* LEYENDA DEL LEGO INGENIOSO *

                                                                                       
              
                                   Foto: Santiago Martín Moreno
                                   http://santiagomartinmoreno.blogspot.com




Regresaba el rey don Pedro de una cacería, y al pasar por el convento de S. Francisco decidió entrar para visitarlo. Preguntó por el Prior, y le dijeron que había ido a predicar una novena a Jerez.

-"No quiero yo para esto a mis religiosos, ni me agrada que salgan de la ciudad para irse a predicar a otros lugares apartándose de su convento. Bien podría Su Paternidad haber predicado aquí, y dejar que en Jerez lo hiciera alguno de los muchos y buenos predicadores de allí".

-"Es que nuestro Muy Reverendo Prior es un verdadero sabio, y le llaman en todas partes para predicar sin que pueda excusarse de ir a iluminar a tantas ciudades con su sabiduría".

-"¡Hola! ¿Conque sabio tenemos? Pues mañana se verá si es tan sabio como vos presumís, y él se tiene. Mirad que sin demora, en cuanto vuelva a Sevilla, acuda al Alcázar, a comparecer ante nuestra Real presencia".
-Y añadió con voz de amenaza:

-"Advertirle a vuestro Prior, que se vaya preparando para contestar tres preguntas que le haré, donde veremos si es tanta su sabiduría".

Regresó el Prior de Jerez, y al informarle los frailes de lo sucedido se llenó de temor, y se encerró en su celda a rezar a todos los santos para que le liberasen de la cólera del monarca, pues sabía muy bien hasta dónde llegaba la severidad del rey.

En estas inquietudes y desasosiego estaba pasando la noche el Prior, esperando que amaneciera para ir al Alcázar, cuando llamó a la puerta de la celda un fraile lego que le llevaba una taza de caldo, y al verle tan afligido le dijo:

-"No se abrume Vuestra Paternidad, que Dios aprieta pero no ahoga, y yo le aseguro que podrá salir bien fácilmente de este trance".

-"¿Fácilmente decís? Cómo se conoce que vuestra reverencia no conoce el mal genio de nuestro rey".

-"Si Vuestra Paternidad me lo permite, le diré que yo antes de ser fraile fuí hombre de campo, y tengo mucha gramática parda.
¿Por qué no me deja ir al Alcázar, y ser yo quien soporte la primera indignación del rey hasta amansarlo?".

El Prior, que de todos modos se veía destituido ya, desterrado y sabe Dios qué más, pensó que poco podía perder con fiarse de la gramática parda del lego, y recomendándole que llevase la capucha bien echada a la cara para no ser reconocido, le dejó ir en sustutución suya.

Llegando ante el rey, el lego sin quitarse la capucha y con los ojos bajos como en señal de máxima humildad, saludó al monarca.

-"Me tenéis enojado, Padre-comenzó con voz que presagiaba tormenta-. No me gustan los frailes andariegos, ni los priores que desamparan a su Comunidad, dejándola sin cabeza ni gobierno para irse a predicar en otras ciudades, donde hay otros religiosos que bien pueden hacerlo".

 Encasquetóse más la capucha el fraile, bajó aún más la cabeza, como si estuviera compugido.

."Y puesto que os habéis arreglado tan bien para infundir en vuestra Orden esa creencia de que sois un sabio, vais a demostármelo a mí, contestando a estas tres preguntas:
* La primera, ¿Cuánto valgo yo?
* La segunda, ¿Dónde está el centro de la Tierra?
* La tercera, ¿En qué me he equivocado yo? Relexionad bien y contestad con sabiduría porque si no, Padre Prior, os juro que lo pasaréis muy mal".

Tras estas enérgicas y amenazadoras palabras del rey, quedó el fraile inmóvil, metió las manos en las mangas como quien mdita.

-"A la primera pregunta de Vuestra Alteza, de cuánto podéis valer, os digo que veintinueve reales, y no creo que Vuestra Alteza, pretenda valer tanto como nuestro Señor, que fue vendido por treinta monedas.

Satisfizo al rey la respuesta y aguardó.

-"A vuestra segunda pregunta, de dónde está el centro de la Tierra, y sin que me lo toméis a lisonja, os diré que el centro de la Tierra está mismamente donde tenéis puestos vuestros pies, no porque seáis rey, sino porque siendo la Tierra redonda, por cualquier sitio tiene ella debajo el centro.

También le satisfizo al monarca esta respuesta.

-"Y finalmente, a vuestra tercera pregunta, sobre en qué cosa estáis equivocado, no sería yo quien me atreviese a señalar a un rey en sus asuntos de gobierno en lo que pueda estar equivocado, pero sí en ciertas cosas menudas y domésticas. Y así por ejemplo, os diré, que en lo que ahora mismo estáis pensando, estáis equivocado.

_"¿Porqué?"

-"Porque en este momento pensáis que estáis hablando con el Prior del convento de San Francisco, pero estáis equivocado porque con quien estáis hablando no es más que un lego de la cocina".

Y levatándose la capucha dejó ver su rostro.

Quedó maravillado don Pedro I del ingenio, aplomo y sobre todo del valor que el lego había tenido para comparecer ante él.

-"¿Y por qué ha venido el lego de la cocina 
  en vez del Prior a quien he llamado"?

-"Porque la sabiduría de mi prior es tan grande, que no era necesario para estas preguntas, y pensó que para contestarlas sería suficiente el último lego del convento".

Comprendió el rey la sutileza con que el lego quería salvar a su Prior, y contestó con otra argucia semejante.

-"Está bien. Pues podéis decirle a vuestro Prior, que su grandísima sabiduría es lástima que se desperdicie en una ciudad como ésta, en la que nos podemos bastar con la sabiduría de un lego. Así, que prepare su maleta, monte en su mula, y se vaya hacia otra ciudad de mayor calidad y grandeza que la nuestra, donde aprovechen mejor a Dios y a los hombres sus talentos. Yo me conformo con la modesta sabiduría de un lego, para que luzca y brille el primer convento de Sevilla. Así, que desde hoy vos seréis el Prior de San Francisco...



¡Esto sí es tener gramática parda, miarma!
¡Qué arte!


Fuente:


"Tradiciones y Leyendas Sevillanas"

José Mª de Mena.

Ed Plaza & Janés.