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Foto: Ateneo Gaditano |
Foto mapa: (Andalú, fititú. Explosión de un polvorín de la Armada en el Cádiz de 1947).
Mapa que nos muestra la onda expensiva de la enorme explosión, cogió a todo Cádiz, de manera atroz: el barrio de S. Severiano, S. José, Los Astilleros, Extramuros, Casco Antiguo y la Casa Cuna. En cierta medida, gracias a la Murallas que desviaron algo, sirviendo de parapeto relativo la expansión de la explosión. En Cádiz no quedó ni un cristal en ninguna puerta. Y habían advertido repetidas veces del altísimo riesgo de tener un polvorín de esas carácterísticas dentro de una ciudad, se pudo evitar...
Ahora sabemos que las bombas llegaron a Cádiz entre 1942 y 1943 procedentes de diversos arsenales de la Armada. Se ha venido afirmando erróneamente que durante el traslado se observaba que el estado de las mismas era preocupante. Pero nada de esto es cierto a la luz de los últimos descubrimientos documentales. No obstante, aunque las minas no se hayaban en mal estado, el peligro enorme que suponía su depósito en el seno del casco urbano, densamente poblado era evidente incluso para el propio Estado Mayor de la Armada. Aún así, se decidió alojarlas en las naves de la antigua Fábrica de Torpedos, empleadas como base naval. Por otra parte, el polvorín de Fadricas, único polvorín convecional con la que contaba el Departamento Marítimo de Cádiz, se hallaba completamente, y, por otra parte España temía su entrada en la Segunda Guerra Mundial, por lo que tenía que tener la ubicación cerca de los puntos de atraque de los buques las cargas explosivas. Se escogió a Cádiz.
A las 21,45 de la noche del 18 de agosto de 1947, una deflagración increible provocó la tragedia. Por unas 200 toneladas de trilita tiñó el cielo de rojo intenso, ensordeció y aterrorizó a la población, destruyendo todos los cristales de las casas y asoló zonas densamente pobladas, causando muchos muertos y miles de heridos y mutilados. Para hacernos una idea, la catástrofe fue equivalente a los de diez mil coches bomba. La onda expansiva impactó de forma directa y violenta en los barrios: S. Severiano, Bahía Blanca, Barriada España, destruyendo por completo los Astilleros y el Hogar del Niño Jesús, (Casa Cuna), donde las Hermanas de la Caridad cuidaban a decenas de niños asilados y expósitos, muchos huérfanos de ambos padres.
Por entonces Cádiz tendría 100.000 habitantes, residentes la mayoría en el casco antiguo, separados por Las Murallas, que afortunadamente pudo amortiguar el empuje de la onda expansiva. El vergonzoso suceso cogió a todos por sorpresa, aunque después se alzaron muchas voces, como siempre ocurre, vatizinando lo que acababa de ocurrir, de manera tardía. El alcalde, Fco Sánchez Cossío ignoraba la existencia del polvorín, a 500 metros del Ayto. Los anteriores alcaldes sí lo sabían. Moreno Gallardo, habiendo intentado por parte de las autoridades militares que lo trasladasen a lugar más apropiado. En definitiva, la tragedia pasó por determinados factores. En este documento analizaremos el hecho.
LA EXPLOSIÓN:
Las 2.201 cargas de profundidad y minas submarinas produjo un enorme hongo de humo y polvo, seguido de un enrojecimiento de la Bahía de Cádiz, visible en Huelva y algunos pueblos de Sevilla, el ruido atronador fue oído en la capital andaluza. El fogonazo tan tremendo se contempló en el acuartelamiento militar español ubicado en Monte Hacho, (Ceuta).
De inmediato se fue la luz y enmudecieron los teléfonos, corte del suministro de agua, falta de visibilidad, (era noche cerrada), no había agua para apagar los fuegos que devastaban Los Astilleros y alrededores. No se estaba preparados para aquella inmensa emergencia. Todo cuanto acontece después es fruto de la mera improvisación, ya que por entonces no existían planificaciones ante grandes catástrofes en materia de Protección Civil, entonces llamado "Defensa Pasiva".
PRIMERAS ACTUACIONES:
El enorme estruendo por la explosión movilizó de inmediato a las autoridades militares y civiles, mandos intermedios y maninería del acuartelamiento afectado, que en aquellos momentos se encontraban fuera de la instalación, lo que fue una gran suerte. La reacción espontánea e intuitiva de dirigirse todos al punto de explosión, evitó el nivel de destrucción hubiera sido mucho mayor.
La acción verdaderamente memorable de la noche se debió a la actitud heroíca de un militar de rango a cargo de una improvisada tropa de marineros de reemplazo, a riesgo de sus vidas, evitaron la explosión del Almacén que tenía 98.000 Kg de trinitrotolueno, (TNT), se había declarado un incendio cuyas llamas casi tocaban ya una hilera de minas submarinas que suponía una segunda explosión. El Capitán de Corbeta, D. Pascual Pery Junquera junto con los marineros consiguió extinguir el incendio, con los mismos escombros de alrededores. El hecho fue providencial. La prioridad del Estado español de acallar el asunto y minimizar su importancia por cuanto suponía un tremendo descrédito para el Gobierno. Por último, con el fin de asegurar el perímetro, elementos de la marinería e infantería colaboraron para desplazar un vagón de tren cargado de explosivos que estaba parado en zona de riesgo. A pesar de las dimensiones y peso, consiguieron empujarlo con sus manos unos 500 metros y dejarlo en zona segura.
LA INTERVENCIÓN:
Sin medios, coordinación, sin suministro de agua, luz, teléfono, pero contando con una marea de voluntarios civiles, del noble pueblo gaditano, y el ímpitu de la solidaridad comienzan los trabajos de rescates y la asistencias a las víctimas, con especial prioridad hacia el Hogar del Niño Jesús. Los primeros auxilios santarios son coordinados por el Coronel Médico, Ernesto Fernández. Hay muchísimos cadaveres y los heridos se multiplican. Al no contar con eléctricidad, resultó imposible pedir auxilio a los municipios cercanos. Solo gracias a una radio galena propiedad de Transradio Española se pudo oír desde Jerez la angustiosa petición de ayuda.
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Sánchez, que se encontraba indispuesto, se puso de inmediato a trabajar |
El alcalde, Fco Sánchez Cossio, en el Auto establece un Puesto de Mando improvisado y convoca a todas autoridades militares y civiles y a los cuerpos de seguridad. Tomando medidas para evitar el pillaje , dando prioridad a la atención de heridos. El día 19 ya estaba recuperada la eléctricidad. Otras medidas:
1.- Establecimiento de varias tomas de agua potable en varios puntos de la ciudad.
2.- Instrución a los panaderos para no interumpir su actividad.
3.- Orden a las farmacias para que no cerrasen con el objeto de abastacer a los hospitales y facilitar las curas leves.
4.- Tramitación de solicitud de ayuda externa y en especial medicinas, personal sanitario, ayuda y vehículos de todo tipo.
Continuará...
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