Lo más inmediato es socorrer en sus necesidades más básicas a los millones de damnificados del este del país y seguir buscando por si hay algunos atrapados con vida, todos volcados en eso. Después se revisará lo que corresponda para tomar mejores las medidas y acometer obras de envergaduras para paliar tanta desgracia, (si es que no se hicieron como nos anunciaron).
No es normal que en el norte haga calor y en lugares cálidos haga frío. Ya nos avisó F. Rodríguez de la Fuente, hace más de cuarenta años que el Mediterráneo se calentaba mucho y de prisa...
Pulsen en el enlace, son unas reflexiones de Pablo Motos.
En nombre de mis familiares y en el mío, nuestras condolencias a las familias de los muchos fallecidos y nuestro apoyo solidario a los millones de damnificados.
Me temo que lo que nos espera será tan duro como doloroso, cuando se vaya limpiando el barro y se vea el interior de los miles de coches...