EL LIMPIABOTAS:
Esta profesión tan antigua tuvo antaño mucho apogeo. En la actualidad está casi desaparecida de nuestras calles.
El uso frecuente de calzado sintético y las zapatillas deportivas dejan en desuso este oficio del pasado.
EL LIMPIARAILES
Estos personajes estuvieron en activo hasta los comienzos de la década de los 60 en que los tranvías ya dejaron de circular por Sevilla.
LAS AGUADORAS
Las aguadoras, portaban en búcaros que hacían fresquita el agua y que por unos céntimos, se podía aliviar la sed, en especial en verano. En Sevilla también había numerosos "puestos de agua" y se ofrecía aparte del búcaro, tallas, jarras...por lo general se situaban en lugares de mucho paso, bajo un frondoso árbol o zona de sombra para mantener frescos los recipientes. Este gremio desapareció hace ya unas cuatro décadas de las calles y plazas sevillanas.
(Mucho más detallado y curioso lo podréis encontrar en la etiqueta: "LA SEVILLA QUE SE NOS FUE": EL AGUAÓ" Y LOS PUESTOS DE AGUA:
24/11/2015).
(Mucho más detallado y curioso lo podréis encontrar en la etiqueta: "LA SEVILLA QUE SE NOS FUE": EL AGUAÓ" Y LOS PUESTOS DE AGUA:
24/11/2015).
EL SERENO
Fue uno de los oficios más emblemáticos, habitual y tradicional en nuestros pueblos y ciudades. Conocía a todos los del barrio. Era el encargado durante muchísimos años de encender las farolas al anochecer, vigilar las calles y evitar los alborotos callejeros. Al amanecer apagaban las farolas. Abrían las puertas de las casas de los vecinos que olvidaran la llave en casa o en caso de pérdida. Era un personaje amable y se relacionaba bien con el vecindario, por lo general´
El oficio fue decayendo al ir poniéndose los porteros automáticos y el alumbrado también.
EL VENDEDOR CON BURRO
Éste era un oficio que llegué a conocer por los pelos. Recuerdo que desde la fábrica de hielo, un trabajador llevaba a un carro unas largas y gruesas barras de hielo, iba por las calles del barrio pregonando la mercancía y de las casas salían vecinos con los cubos. Por unas pesetas, se compraban un buen trozo. Mi abuela tenía una nevera de madera, mediana. Un depósito forrado de aluminio donde se metían el hielo troceado, al lado, había un depósito donde metíamos botellas de cristal de una popular marca de gaseosa, muy cómoda de abrir y cerrar y las ponía bastante fresquita. Mi padre, añadía una cervecita todos los días... contaba también con una especie de cajón con una divisoría para meter algunos alimentos que se conservaban mejor que en la alacena de la cocina. La llegada de los frigoríficos ya estaba en marcha, se terminó imponiendo y también las cámaras frigoríficas grandes y de congelación y ese oficio tan popular pasó a la historia...
Fuentes:
Internet.
Vivencias personales.
Tradicionalmente este animal se veía mucho por toda Andalucía, en la Sevilla de antaño, era el medio de venta ambulante, cuya mercancia era diversa, desde búcaros, (botijos en finolis), cisco-picón, para la "copa", (brasero), mantillo para macetas, hortalizas, (por aquellas calendas era usual macetas con flores en balcones, ventanas, patios y azoteas), etc...en los años 60 se empezó a dejar este tipo de venta.
EL REPARTIDOR DE HIELO
Éste era un oficio que llegué a conocer por los pelos. Recuerdo que desde la fábrica de hielo, un trabajador llevaba a un carro unas largas y gruesas barras de hielo, iba por las calles del barrio pregonando la mercancía y de las casas salían vecinos con los cubos. Por unas pesetas, se compraban un buen trozo. Mi abuela tenía una nevera de madera, mediana. Un depósito forrado de aluminio donde se metían el hielo troceado, al lado, había un depósito donde metíamos botellas de cristal de una popular marca de gaseosa, muy cómoda de abrir y cerrar y las ponía bastante fresquita. Mi padre, añadía una cervecita todos los días... contaba también con una especie de cajón con una divisoría para meter algunos alimentos que se conservaban mejor que en la alacena de la cocina. La llegada de los frigoríficos ya estaba en marcha, se terminó imponiendo y también las cámaras frigoríficas grandes y de congelación y ese oficio tan popular pasó a la historia...
Fuentes:
Internet.
Vivencias personales.
Buenas noches que buenos recuerdos nos has traído a la mente , es cierto que casi todos han desparecido , el limpiabotas alguno queda por los madriles , y el afilador todavía sigo oyendo ese sonido .Un bellisimo recuerdo . abrazos.
ResponderEliminarHola, preciosa. Bueno, los que mencionas, aún se ven aisladamente también por aquí, pero la tendencia es desaparecer del todo. Había trabajo, pero se ganaba muy poco y los críos no iban todos a la escuela. Ahora se vive mejor, sin duda, pero bueno es saber o recordar de dónde vivimos para entender mejor el presente, (para los más jóvenrs).
EliminarUn beso.
Y en navidades el cartero, el sereno, el basurero felicitaban las pascuas repartiendo estampillas a cambio de un aguinaldo. que tiempos, creo que de todos solo queda el limpia. Me has hecho disfrutar con cada uno, esta es una entrada entrañable y estupenda. Saltibrincos
ResponderEliminar¡Claro que me acuerdo de esas estampas! Y las delm lechero, el barrendero de la calle...
Eliminarel "limpia" y el zaparero remendón, pocos, pero los hay. Tengo una entrada dedicada al zapatero. Fuí incapaz de saber de qué color sería aquel delantal, jeeeeee
Un salto y un beso.
que antigüedades simpáticas ja... el lustrabotas todavía se puede ver, hay uno en la esquina donde trabajo y siempre me da ternura... nunca supe del limpia rieles, que simpático y extraño también... saludos....
ResponderEliminary los kioscos habrán puesto en desuso a las aguadoras, otra cosa de la que no estaba enterado o nunca existieron en Buenos Aires...
EliminarTodo evoluciona para mejor, afortunadamente, con esto lo que trato es dar a conocer, aunque muy elementalmente unas actividades que en nuestra sociedqd existía desde hacía muchos años y tratar de que los más jóvenes las conozcan y los que no lo son tanto las recuerden o se les queden más claras.
EliminarBueno, tu país y el mío son parecidos.
Gustazo en saludarte.
Entrañables los recuerdos, aunque debo decir que aquellos eran unos tiempos que felizmente se superaron. Eso era simple y llanamente, subdesarrollo.
ResponderEliminarBesos.
También lo pienso así. Es bueno que se aprenda del pasado, sobre todo, superando muchas adversidades. Pero eso es nuestra historia y no hace mucho tiempo.
EliminarAhora hay que mantener lo logtradop con infinitos sacrificios y penalidades y asegurarlo.
Un besote.
Aceptado ese gazpacho fresquito amiga. Mientras saboreamos esos "recuerdos" vividos en aquellos ayeres...
ResponderEliminarFuerte abrazo Mari Carmen.
Los recuerdos son maestros en muchos casos, Ernesto.
EliminarEl puñetero "Lorenzo" llegó con retraso, pero ya está aquí. Por Sevilla cuando llegamos a los 40º no decimos ¡"Qué calor más grande, Dios mío!" Solemos decir: ¡Ofú!
Te dejo un abrazete y un abanico para que te vayas apañando.
Salvo el de las aguadoras, los he conocido todos. Hoy en día es raro ver un burro o una mula en la ciudad, pero antes estaban a la orden del día. Con ellos se recogía la basura, se repartía el carbón para las calefacciones, etc.
ResponderEliminarBesos.
Hola, yo algunos sí que los conocí otros, era demasiado pequeña para recordarlos, pero son parte de nuestra historia no tan lejana.
EliminarGracias por comentar.
Besos.
Entrañables imágenes, y una pena que casi todos hayan pasado a la historia, y digo que casi todos, porque el afilador, por lo menos en el pueblo que yo vivo, no falla, cada quince días aparece pero, con la salvedad que en lugar de en burro y una agradable flauta, aparece en coche y con un estridente e insoportable megáfono; vamos que si deja de pasar no lo voy a echar en falta, sino todo lo contrario.
ResponderEliminarBuen trabajo, Mari carmen.
Un beso.
Hola, Manuel, por Sevilla, algún abuelete con su bicicleta o motillo se ve aislado con su sonsonete, como antes. Ahora van a las ferreterías o mister-minis, si les vale la pena, a veces, es tan caro como comprarse uno nuevo...
EliminarA mí no me agrada el ruido innecesario, pero sí he conocido pregones que alguien con muy buena voz pregonaba cantando y resultaba gracioso además...eso sí que ya es historia...
Gracias.
Un beso.
Yo todavìa vi a los serenos. Un beso
ResponderEliminarY yo, era chica, pero los recuerdo. Había menos alborotos callejeros, ahora...Ahí lo dejo.
EliminarBesos.
He conocido alguno de estos oficios pero otros no : ni el de las aguadoras ni el limpiador de raíles ni el borrico con material para vender, del resto me acuerdo bien pero quiero añadir al mielero y al lechero que distribuían estos productos por las casas en el pueblo donde yo pasaba las vacaciones.......gratos recuerdos aquellos.Besicos
ResponderEliminarY posiblemente el barrendero de las calles y el cartero...
EliminarYa iremos añadiendo más oficios de antaño. Encontrarás más en la etiqueta.
Un besote, guapa.
Hay oficios que desaparecen; quedan para la historia de la precariedad laboral. Una vida dura a cambio de un escaso jornal. Ahora lo vemos pintoresco, pero eran oficios de supervivencia.
ResponderEliminarMuy interesante entrada. No debemos perder la memoria.
Un abrazo.
Sí, había trabajo, pero se ganaba muy poco y era de sol a sol, prácticamente, sábados incluidos. De oídas, sé lo que fueron, así que tenemos que obtener un salario de acuerdo al trabajo que desempeñemos, nunca mísero.
EliminarLa memoria es maestra.
Un beso.
Muy pocos por no decir ninguno quedan ya de aquellos oficios. Bueno aquí en mi ciudad, todavía pasa muchos días un afilador, pero vamos va en coche, con su altavoz y armónica o chiflo, pero por supuesto todo grabado; que por cierto creo que no afila ni un cortauñas.
ResponderEliminarBesos mari carmen.
Así es, Rafa. Entre el coche y la megafonía, pierde el encanto del sonsonete o el pregón, y no afilan como antes.
EliminarUn beso.
Hablando de esos oficios, hay una anécdota de los años cincuenta en Cádiz que mi padre contaba como cierta (tenía varias). Él siempre estuvo vinculado al Cádiz C.F. desde niño hasta antes de casarse con mi madre (1960), en aquellas fechas, el fútbol era más romántico, bohemio y cercano a la afición.
ResponderEliminarResulta que estando dentro del Estadio Carranza en aquellos Trofeos veraniegos gaditanos, había un tipo que antes de los partidos, con una hoja de albarán y una barra de hielo al hombro, se colaba por la puerta de servicio diciendo al entrar "El del hielo" enseñando el papel que llevaba. Nadie le ponía pegas, entraba, soltaba el hielo en la primera cantina que veía y se encaminaba a la grada.
Puestos a referir anécdotas de ese tiempo, había uno que, vestido de marinero (se conoce que se llevó el uniforme después de licenciado), entraba en la formación musical militar para amenizar los prolegómenos y el descanso de los partidos. La cuestión es que, como no tenía instrumento, se metía con un bombín de bicicleta imitando tocar la flauta. Así se coló varias veces no sólo en los Trofeos, también en partidos de liga.
De vivales hay "tela" en todas partes. Mi madre me contaba que cuando ella era joven en la Plaza de España, iba una viejecta a echar de comer a las palomas, echaba un ratillo on ellas. Empezaron a notar la falta de aves y se pusieron a vigilar, conclusión, todos los días la viejecita trincaba una paloma y se la llevaba, jeeeeeeee...ya te digo.
EliminarHola Mari Carmen.. Que buen Post.. Recordar esos oficios de antaño, que de alguna manera los que ya tenemos una edad los hemos vivido casi, casi al final, es un recuerdo precioso..
ResponderEliminarUn abrazo..
Yo recuerdo algunos, otros más bien de referencias, pero aquí os lo dejo.
EliminarA veces, contesto más tarde, debido a que los mensajes no me llegan al correo como antes.
Un abrazo.
todavía se ve algún limpiabotas en el centro de madrid, y el afilador con su característico silbido. los serenos los he visto en los tebeos, con su uniforme y su bigote. les llamaban dando palmadas.
ResponderEliminarmuy bonita entrada. abrazos!
Hola, Chema.No recibo como antes los comentarios al correo, disculpas por mi retraso.
Eliminar¡Qué tiempos aquellos!. Conocí algunos. Forman parte de nuestra historia todos...
Un abrazo.
Probando comentarios...
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