Ella, mi abuela
En silencio, mi abuela bordaba,
En silencio, sus labores hacía
Siempre con una mirada
Puesta en la lejanía.
Primorosa en sus haceres,
Amorosa con los suyos,
Sus manos curaban las heridas,
Aunque fueran heridas del alma.
Mi abuela, era ternura, cariño,
Era cuentos, era historias
Era un mundo de alegrías
Que te regalaban sueños.
Mi abuela marchó un día,
Más, yo la sigo teniendo
Y sigue conmigo viva.
Aún sigo sus consejos,
Todavía tengo en mi memoria
Cómo mis manos cogía
Ella fue un referente
Para andar recta en la vida.
Sus consejos, sus cuidados...
Concha Mingorance Mellado.