martes, 11 de diciembre de 2018

...Y OTRO NIÑO NACIÓ







Amina dudaba, era un riesgo, un gran riesgo. Le  faltaban solo semanas para dar a luz; pero las circunstancias habían precipitado esa decisión, la ida allí se había hecho imposible, insostenible.

La guerra estaba destruyéndolo todo, su familia poco a poco había ido desapareciendo, prácticamente solo le quedaba su marido y una hermana menor.

Alí había llegado con la noticia: "Amina, dentro de dos días sale una patera, el mar está en calma y se espera  una noche clara, hay decidirse, hemos de irnos, salir de este infierno, buscar otro mundo para nuestro hijo".

No había tiempo, era una gran oportunidad. Amina comprendió que tenía que arriesgarse, todo sería mejor que aquel presente sin futuro.

En un pequeño hatillo guardó una ropita de bebé, con tristeza recorrió la vista por su casa, su hogar, aquello que con tanta ilusión  había construido con su marido.

No había tiempo para lamentaciones, tenía que hacer acopio de fuerzas para que su marido y su hermana no se vinieran abajo.

Llegó la noche de la partida, un silencio repleto de sueños embarga al grupo; sus ojos entornados, la cabaza inclinada, cada uno con una historia diferente pero con un mismo deseo, encontrar la paz en la otra orilla, la vida...

La noche había llegado temprano, era Diciembre, y oscurecía pronto; el mar estaba en calma, una luna llena iluminaba el cielo y se relajaba con trazos plateados en ese mar.

Hacía horas que habían partido, la marcha era relativamente lenta. Amina empezó a sentirse inquieta, nerviosa y aun cuando no era ni la hora ni el momento, se puso de parto.

A los dolores se unió el miedo a aquella inesperada circunstancia; su marido intentaba tranquilizarla, le cogía las manos, la acariciaba, pero también el miedo se reflejaba en su rostro.

En aquella patera iban mujeres, ellas la tranquilizaron, le ayudaron, le ayudarían, todo saldría bien. Y Amina se dejó llevar por aquellas mujeres, sencillas hechas para la lucha, mujeres banderas de sus hogares.

Fue un parto rápido afortunadamente, sin complicaciones; nació un niño, eran las 12 de la noche de un día 24 de Diciembre.

En otro extremo del mundo, otro Niño nacía, no era una patera, era un portal donde se guardan animales, también la luna le iluminaba en una noche solitaria en medio del campo.

Otro Niño que llegó para dejar testimonio, para sembrar la paz y el amor entre los hombres, la paz ny la libertad.

El hijo de Amina llegó al mundo, a la otra orilla buscando la paz y libertad a la que todo el mundo tiene derecho.



Concha Mingorance.



Imagen internet.