martes, 4 de diciembre de 2018

50 ANIVERSARIO



BODAS DE ORO

 Hoy comparto con vosotros la celebración de nuestras Bodas de Oro, del pasado día 2 de diciembre, rodeados de la familia más directa, hijos, yernos, nuera y nietos. Al ser la más pequeña, con diferencia, ya no me queda nadie...




Dedicatoria de nuestros hijos en nuestras Bodas de Oro. Un día tan memorable como intensísimo y emocionante para todos en que nos sentimos muy unidos y felices. Estamos muy contentos y orgullosos de nuestro tesoro más valioso: LA FAMILIA que hemos creado, cuando nos casamos tan jovencitos...

Aunque todos ellos, en la medida que pudieron aportaron para el evento, el peso de lo más arduo lo llevaron: Belén, la mayor, que nos sorprendió con unos videos de fotos desde que mis padres eran jóvenes, siendo  pequeños, cuando hicimos la Primera Comunión, de adolescentes, jovencitos, ya de novios, casados y cuando nos iban naciendo los hijos, por último, en la actual etapa de abuelos, que ya contamos con siete nietos preciosos, de momento... montados con algunas músicas favoritas nuestras, las anécdotas que vivimos...

Nos  dedicó un discurso en que pasó por las diversas etapas de sus vivencias en nuestro hogar, emocionante, reflexivo, agradecido, sobre todo, infinitamente sentido, que nos colmó de felicidad y sentimientos...la intensa emoción nos invadió a todos y nos abrazamos llorando. En nuestros corazones lo guardamos para los restos...

Rocío, nos preparó el escenario del evento. Hizo un trabajo minucioso, ingenioso, arduo. Puso en él toda su alma y bordó la puesta en escena que le quedó tan lucido como de un gusto exquisito. También se ocupó del banquete, eso fue sencillamente insuperable y con una gran diversidad. Por no extenderme mucho, os digo que tiene todo el mérito del mundo, por las circunstancias en que está, con trabajo y niño pequeño. Mi yerno, se quedaba a ratos con el crío, es una forma de ayuda, pero el peso de todo recaía sobre ella...El marco de la fotografía y la dedicatoria, hechos por ella...elaboró un precioso ramo de rosas...que una vez terminada la ceremonia, les dí a cada uno de los hijos una como recuerdo...

La ceremonia, sencilla, sin boato alguno. Estábamos Manolo y yo, con el corazón llenito de amor y el acuse del paso del tiempo que indudablemente se va sintiendo. Comprendí lo priviligiados que éramos al poder participar en esta celebración...ya rara en la actualidad, desgraciadamente.

Hemos disfrutado mucho preparándola, gozando de esta gran ocasión de estar juntos, pero aún es mucho más como significado...

Sabedora de cuán, a veces, tiene de dificultades la convivencia, miraba a mi alrededor y los veía a todos y me centraba en mi marido, el mejor compañero de mi vida, mi bastón que siempre me apoyé en mi existencia y jamás me falló...con los años, se comprende más y mejor el significado del matrimonio. Mi marido se convierte en la persona más importante y a la recíproca, ese es el compromiso conyugal, fuerte y profundo.

Para nosotros, las virtudes y los valores del matrimonio siguen vigentes, y en lo que nos reste de vida, podemos seguir queriendonos y ayudándonos mutuamente, consiguiendo, juntos,  dimensiones que años atrás nunca creímos alcanzar.

Llegar a esta etapa no me entristece, al contrario, lo veo como un premio estupendo. Es la culminación de un ilusionado proyecto de vida, y seguimos sumando. Cada uno de nuestros hijos tiene su propia familia, sus carreras, sus trabajos, con toda una vida por delante. No habremos acertado siempre, nadie creo que es capaz de lograrlo,  pero el centro de nuestras vidas fueron ellos y les criamos en valores y hoy son mujeres y hombre magnificos.



Espero que Dios me deje a mi marido a mi lado muchossssssss añossssssss...