El monstruo de Tomás Gimeno, lo planeó todo minuciosamente, de tal manera que lo que menos podría pensar es que un barco especializado encontrara el cuerpo de la niñita, a fin de causar el dolor más atroz a su madre y que le durara toda la vida. Tenemos que hacer leyes con arreglo al daño causado, justo y disuasorio. Lo que tenemos, ya estamos viendo que no frenan estas barbaries tan crueles. Muchos más medios preventivos, concienciación, rigurosidad. La ley debe ser extremadamente clara y precisa, nada de "interpretaciones", porque con ello se corre el riesgo de perder la objetividad. Me quedo sin palabras...
A Beatriz muy especialmente, mi corazón con vosotros, la familia y allegados mis condolencias más sentidas. Os abrazo muy fuerte.
Q.E.P.D
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