miércoles, 14 de junio de 2017

* EL RELOJ *









EL RELOJ


Un objeto tan imprescindible en la vida, se me ha vuelto innecesario en esta etapa. Sin el reloj no puedes vivir, el reloj has de llevarlo contigo, adherido a ti, a los movimientos que dependen de él. Hasta que te jubilas, hasta que tus obligaciones en gran parte desaparecen.
Porque ya que más da que a la hora que te levantes o te acuestes, solo quizás las de respetarlas horas de las comidas, y si vives solo, ni eso; comes cuando te apetece dentro de un orden.
Y es entonces cuando cambias el reloj por el almanaque, si, el almanaque y cuanto más grande mejor. Y lo colocas en el sitio más visible y allí anotas tus obligaciones que prácticamente se reducen a : citas médicas, podólogo, traumatólogo, fisioterapeuta, oculista, ¡ ah ¡ y los santos de tus amigos… Pones una cruz en rojo el día y en un post it escribes hora lugar y motivo de la cita. Y cada día cuando te levantas no miras la hora, miras el almanaque; porque tienes que saber de antemano que te toca mañana.
Y entonces sí, solo entonces programas el reloj para que te avise a la hora que te tienes que levantar ……programándolo con tiempo para que te dé tiempo a desayunar, ducharte, y no olvidar ningún documento ¡ Ah ¡ y si por la noche lo dejas todo preparado, mejor que mejor.
Y si no fuese por las revisiones médicas, no tendría ni almanaque. Cuando me preguntan ¿ te
quieres apuntar a….? No, no me apunto a nada que me comprometa a una disciplina de horario, máxime cuando en mis circunstancias actuales no sé cómo me voy a levantar
Hoy vivo en libertad de movimientos, sin reloj, sin presiones, con paso lento, saboreando los minutos y las pequeñas cosas que antes con las prisas no hacía, sin alterar a nadie, pero que tampoco nadie me altere, porque es en este recodo de mi camino dónde quiero vivir y volar….


Concha Mingorance.