CLASE DE ANLALÚ: HABLA ANDALUZ, III
Hoy
estoy guarnía. Y lo que más me gusta de estar guarnía es poder decir
que estoy guarnía... Es una expresión que me encanta... como tantas
otras que son tan nuestras. Como cuando una se harta de comer y acaba
engollipá (o engoñipá) o cuando riegas las macetas más de la cuenta y
las dejas enguachinnás... Yo nunca pido churros, sino calentitos... de
niña nunca iba a las atracciones, sino a los cacharritos...a los amigos
pesados se les dice jartible y cuando me jartaba del colegio lo que
hacía era rabona... (qué peyas ni peyas). A lo largo de mi vida he
conocido a más apollardaos que tontos y a más esnortaos que
despistados... pero nunca a ningún antipático, sólo a malajes o
saboríos... Aquí lo mucho es una jartá o una pechá, y lo poco es una
mijita... y la gente no pasea, da vuerta... Lo que está muy sucio está
empercochao y lo que limpias a fondo lo dejas escamondao... Si se te va
la olla te quedas majarón, y si das mucho la lata te llaman pejiguera...
Los borrachos, que son papaos, no deambulan, sino que dan camballás... y
la gente no odia la mentira, sino el falserío... Lo roto está
descuajaringao y lo pasado de fecha revenío... los cobardes son jiñaos y
lo muy visto está mu manío... Por expresiones como estas, y las miles
que se quedan en el tintero, cada vez me gusta más el andalú... y quien
diga que hablamos mal que aprenda a entendernos y verá como le coge el
gusto... buenas tardes... (y que conste que lo que acabo de soltar no es
ninguna tontería, sino una chuminá...Ojú sacabó la clase, éa....