"Itimad esclava y después reina. Almutamid, rey andalusí de Sevilla se enamoró de Itimad siendo esclava. Su hermosura, inteligencia, una poesía y el amor del rey la hicieron reina de Sevilla".
Tras ésta lápida, situada en la calle Gloria, en pleno barrio de Santa Cruz, en Sevilla, se encuentra, a mi criterio, unas de las leyendas más bonitas de la historia de la ciudad, y si mal no recuerdo, la leí en el libro de D. Juan Manuel, "El Conde Lucanor"por formar parte de 2º de Bachillerato, también por mi afición a la lectura y , sobre todo, por mis profesoras de Historia:
Dña Concepción Caro y Dña Silvia Pérez de Aula Abierta y UPO, respectivamente.
Ésta es una historia muy significativa y preciosa sobre esta mujer en la Sevilla andalusí.
Almutamid, el rey poeta, paseaba junto a su consejero y amigo , Abenamar, con quien cambiaba rimas, y en un momento dado le recita:
"La brisa convierte al río
en una cota de malla"...
Esperaba el rey que su acompañante , podría completar los dos versos para formar una estrofa, pero el poeta no acertó a rimar. De pronto escucharon que detrás de ellos una voz femenina, dulce y armoniosa decía:
"La brisa convierte el río
en una cota de malla
mejor cota no se halla
como la congele el río".
La rima era irrepochable, pero aún más la metáfora, ya que en Sevilla donde nunca nieva, resulta exótico y cautivador el imaginar al agua rizada del río, congelada, formando una rígida cota de malla.
El rey y el consejero volvieron la cabeza y se encontraron frente a una linda joven, descalza, que al verlos, se cubrió rápidamente el rostro con el velo y emprendió veloz carrera, riendo.
Mandó Almutamid al consejero que la siguiera a distancia a la joven, y después le diese cuenta dónde vivía.
A la mañana siguiente envió el rey a sus guardias para invitarla ir a su presencia.
-¿Cómo te llamas?
-Itimad, trabajo en casa del mercader Romaicq.
-¿Eres casada?
-No.
-Entonces te compraré a tu amo-
Pidió el rey al mercader que le vendiese la esclava, a lo que el mercader replicó que se la regalaba gustoso, pensando que podría ser un capricho, pero fue grande el asombro de Sevilla al saber que Almutamid se casaba legítimamente con la esclava, convirtiéndola en reina.
Fue Itimad tan inteligente y graciosa, que se hizo perdonar fácilmente su humilde origen. Su talento literario se pulió aún más convirtiéndola en una destacadísima poetisa, que brillaba con luz propia en aquella corte de poetas y refinamiento.
Muy pronto Itimad fue el centro de un ambiente intelectual muy influyente, tal y como en los países de Aragón, Navarra, Cataluña e Italia habrian de ser, siglos más tarde, las cortes renacentistas en los tiempos del saber, bajo la protección de damas como Clementina de Isaura, y Elisa Moncada.
Solamente se opusieron en contra de Itimad los alfaquíes más intransigentes, que no veían con buenos ojos que una esclava hubiera ocupado el trono que debería haberse ofrecido a una princesa de estirpe de Arabia. Por otra parte Itimad participaba en la vida literaria y política, y su ejemplo estaba emancipando a las mujeres sevillanas con el debido respeto a ellas de la vida del embrutecimiento y harén en que vivían.
Se dice incluso que Itimad dejó de llevar el velo en el rostro, y la imitaron de buen grado un numeroso colectivo de mujeres sevillanas. Todo esto tenía un cierto aire revolucionario de costumbres, que los alfaquíes veían como pecado y desprecio al Corán.
Pocos reyes pueden ufanarse de haber tenido una corte literaria tan brillante y haber formado parte de ella y una sociedad tan próspera de su época.
Itimad, por su acusada personalidad se ganó el respeto y afecto de la corte a pesar de ciertas ideas, por ser muy avanzadas a su tiempo y de corte feminista, eso no hizo mucha gracia a los ulemas, que veían su influencia en la autoestima y emancipación de la mujer, en general.
Sea como fuere, lo cierto es que reinaron en Sevilla rodeados de arte, intelectuales, amigos y poetas. En ningún momento de la historia de Al-Andalus floreció tan brillantemente el refinamiento, la literatura y la poesía como durante el último rey andalusí de Sevilla.
Sin Itimad, esto no hubiera sido posible pues durante el feliz y próspero reinado ejerció una influencia decisiva en política, usos, costumbres y cultura.
Fueron traicionados por Yufuj y Abenamar.
"Sevilla es una novia,
su collar es el río,
el Aljarafe,
su corona"
Almutamid, el rey poeta de Sevilla.
Sugiero a mis seguidores que no conozcan bien la historia, que es más extensa y muy interesante, la lectura de:
"Personajes Sevillanos
Célebres en la Historia".
Autor: D. José Mª de Mena.
ED, Giraldillo.