*REFLEXIONES HECHAS EN DEBATE*
Debatimos a más y mejor sobre el tema. Trataré de condensarlo lo mejor posible. Es asunto creo que es de interés general... o debería serlo.
La libertadad absoluta es un lujo, quizás una utopía, pero completamente deseable.
A unos más que otros, nos atan las costumbres, nos condiciona el grupo social al que pertenecemos, la familia; estamos muy ligados a la cultura que recibimos, la mayoría tenemos raíces en el alma, atenazada por "cuerdas". Por consiguiente, casi toda la vida de cualquier persona no es otra que un afán empeñado por irse ganando pasos en la vereda de la LIBERTAD. ¡Y ay del quién se considere ya libre y se relaje un sólo momento en ese legítimo y encomiable afán, por ensancharlo, estirarlo y, sobre todo, fijarlo.
Hoy día, está de rabiosa actualidad...¿o no?
*LA VERDAD ALIÑADA*
Estimamos que en esta vida casi todo se puede decirse...siempre que se sepa cómo decirlo, por supuesto. Es de una importancia total, el modo en que se dice una verdad, como la verdad en sí misma.
Creemos que se puede afirmar que, de cada ocho veces que una verdad es rechazada, lo es al menos, porque quién la dice no la maneja con el sufuciente amor y empatía. La buena verdad, a mi criterio, claro, tiene que hallar "el momento", para ser expresada, "el tono" en que es servida, "el tiempo" necesario y oportuno para dejarla que madure en el interior del oyente, la sonrisa, y franca mirada que le sirva de introdución de interlocutor.
Y es que tantas veces se ha dicho: "una verdad mal dicha es una verdad y media mentira añadida". Una verdad avinagrada contiene muchisímas probabilidades de ver oyentes, pero no por lo que tiene de verdad, sino por lo que tiene de ácida.
Actualmente hay un gran colectivo en nuestra sociedad que la verdad la usan con extrema economía.