miércoles, 14 de septiembre de 2011

CURIOSIDADES: ¿SABíAS QUE...

ORIGEN DEL VOCABLO: "GILIPOLLAS"


En Madrid hay una calle llamada Gil Imón, haciendo travesía entre el Parque Imperial y la Ronda de Segovia, para más señas. Es una calle dedicada al que fue alcalde de la capital, D. Gil Imón, por tiempos de doña Mariquita de mi corazón, cuando el duque de Osuna organizaba sus célebres bailes, a los que acudía la crema de la sociedad, para poner en escaparate familiar a lindas damitas de cierto postín, como oferta casadera, las cuales acudían ataviadas con su miriñaque de fino muaré. A las damitas de entonces se les aplicaban el apelativo de "pollas" que en el Diccionario, llevan, como sexta aceptación, por amor al lenguaje, que en la actualidad se ha vuelto recio y tosco la polla de entonces es la actual "tía" y las mentes malévolas sustituyen el significado antiguo por otro de más morbosas connotaciones. El tal D. Gil era un personaje de relieve (la prueba está en tiene una calle dedicada a su nombre), aparecía frecunetemente en los ecos de sociedad de las revistas de la época. El hombre, después de atender a los acuciantes problemas de su alcaldia, se sentía obligado a responsabilizarse de sus deberes familiares, como buen padre. Tenía dos hijas en edad de merecer, feíllas ellas, no muy sobradas de gracejo, y hasta un tanto tontuelas. Y se hacía acompañar por ellas a todos los sitios a los que invitado como primera autoridad municipal, sino como cabeza de familia. "¿Ha llegado ya D. Gil? " "Sí, ya ha llegado, y como siempre viene acompañado de sus pollas".


D. Gil departía animadamente con los próceres de la actualidad, y, mientras tanto, sus pollitas iban a ocupar algún asiento, a esperar a que algún pollo, (en masculino solía aderezarse como "pollo pera"), se les acercase, cosa poco probable. Tal situación se repetía frecuentemente, dió lugar a la asociación mental de tontualidad con D. Gil y sus pollas.


¿Cómo describir esa circunstancias tan compleja de tontura inconsciente? Decía el padre Ramón que el que es tonto y lo sabe no es tonto del tó. Los imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieron fácil: para expresar la malicia, la idea de tontuelo, tontaína, tontualidad integral e incosciente (lo de con malicia o sin malicia es otra cuestión, con el tiempo, habrá de todo.


¡Ya está! Gil (D. Gil)-y pollas (las jovencitas hijas suyas)=gil-ipollas.


Y cundió la frase por el todo Madrid, de donde se extendió a otros lugares, que compuso esta palabra especial, castiza, nacida del ingenio de la Capital del Reino.


Ganándose a pulso el derecho de entrar en la Real Academia Española.




Éste célebre dicho me lo envió mi amiga Fuencisla, por aportar el origen de expresiones populares que frecuentemente usamos, pero que desconocemos el porqué de los mismos. Así sabemos un poco más sobre estas curiosidades.