lunes, 29 de junio de 2009
NÚMEROS MÁGICOS: COMO LA VIDA MISMA
Cuando una llega a los ochenta años ha aprendido muchísimo, por lo general, sólo falta recordarlo.
A los veinte años esperamos impacientes que llegue el día de mañana. A los cuarenta, no logramos terminar con el de ayer.
Hay gente que son unos verdaderos románticos. Consideran muchos de ellos que la única diferencia entre un hombre de cuarenta años y uno de setenta son treinta años de experiencia.
Os lo prometo, cuando yo tenía quince años, solía pasarme media hora ante el espejo probando diversos maquillajes que me hicieran parecer de veinte, hoy a mis "taítantos" años, sigo haciendo lo mismo.
Deberían darle un premio al que fuera capaz de decirnos cuál es la cifra mayor que existe.
Bueno, y otro al que sepa designar eso de números "bonitos" o "feos" en la lotería de Navidad.