El viento primaveral nos canta en las distintas regiones boscosas con muy rica variedad de bellos sonidos. Cada sección del bosque tiene su propia tesitura, su belleza, los murmullos de los seres, grandes y pequños, buscándo refugios en los recovecos de las grietas y en cuevas...en los árboles diversos y su propia tonalidad. El viento que susurra en los pinabetes posee un tono grave, como el contrabajo. Al soplar entre los arbustos, su timbre también es grave, pero ya no suena como contrabajo; más bien como violonchelo. El viento que transita por las ramas desnudas de los bosques abiertos tiene un timbre mucho más agudo: una tesitura de soprano que resulta casi imperceptible, pero casi constante. En los árboles más altos, pero también desnudos por el otoño, los bosques añosos el viento sopla con acentos fuertes de tenor fuerte, armónico; y cuando ulula entre las hojas secas en una arboleda de hayas, suenan como voces distantes...oímos cómo nos "hablan". Toda la Madre Naturaleza se nos manifiesta en todo su esplendor y belleza...
Disfruto con el sonido y contemplación de la VIDA es un deleite para los sentidos...
Recopilado.