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Foto: http//mujeresderoma.blogspot.com |
Bailarina, romana-gaditana,Teletusa.
Dedicado: a mi amiga Isabel Barceló, con admiración y afecto, cuyo blog os recomiendo más arriba.
"El baile fue lo primero y la
mujer gaditana su protagonista"...
En Roma enseñaban los bailes y las canciones de Cádiz. Marcial describe esta danza: "Su cuerpo ondulado muellamente, se presta a tan dulce estremecimiento, a tan provocativas actitudes".
Juvenal, confirma esta descripción de Marcial al escribir: "Acaso esperes muchachas gaditanas que en coro se pongan a entornar lascivas cantos de su país y enardecidas por los aplausos, exageren sus temblorosos mmovimientos de caderas y las jóvenes esposas que tendidas junto al marido, contemplan este espectáculo que sólo contando con supresencia debiera ruborizarlas.
Fueron muchas las bailarinas romanas-gaditanas, destacando en la Historia dos nombres: Teletusa y Quincia.
Marcial: "Mis es un famoso toreuta que, según Pausanías, colaboró con Fidias en la confección del escudo de la Atenea Promajos, estatua de oro y marfil colocada en su templo de la Acrópolis de Atenas, con el escudo decorado con una amazomaquía en relieve por fuera y una gigantomaquía pintada por dentro, siguiendo los dibujos de Parrasio. (Plin XXXIII.155, Prop. II.9.14), con el que culmina y termina la pintura tradicional griega. Mirón es el célebre escultor del Discóbolo. Marcial lo recuerda como toreuta. Policleto se inmortalizó en el Doríforo.
Una composición príapea, la nº 19, la describe en los siguientes términos:
"Si la trotacalles, Teletusa, un día con sus caderas al aire (y agitando el vientre de aquí para allá), se te meneara moviendo el espinazo podría, con tales artes, oh Príapo, no sólo conmoverte a tí, sino también al mismo hijastro de Fedra. Otra bailarina gaditana, llamada Quincia. Un segundo la menciona actuando: "Quincia, delicias del pueblo, conocidísima del Circo Magno, experta en menear sus vibrantes nalgas, deposita en ofrenda a Príapo los címbalos y crótalos, sus instrumentos de calentamiento, así como los tambores golpeados con firme mano. En compensación suplica ser siempre grata a los espectadores y que su público esté siempre erecto como el dios.
Estas dos composiciones priapeas indican que las bailarinas gaditanas no sólo animaban los festines de la gente de la sociedad de Roma, sino que se pasaban el día callejeando. Debian ser religiosas, y consagraban a Príapo los instrumentos musicales utilizados en sus danzas, los címbalos, crótalos y los tambores. Merodeaban por los alrededores del Circo Máximo, zona que congregaba mucho personal.
Mención más antigua de las bailarinas gaditanas, que eran también al mismo tiempo cantoras y músicas se lee en Estrabón (11.3.4), tomando el dato de Posidonio, que a comienzos de s. I a.C, estuvo en Cádiz estudiando el fenómeno dee las mareas. El geógrafo griego cuenta que en tiempos del monarca egipcio Evergetes II (146-117 a. C), Eudoxas de Cícicos intentó circunnavegar África, pertiendo de Cádiz. Embarcó muchachas que, sin duda, eran grandes bailarinas gaditanas.
Los bailes de estas muchachas han quedado descritos gráficamente en varias obras artísticas de la Antiguedad, que coinciden en las posturas con las citadas descripciones.
Teodora, la futura esposa de Justiniano, de jovencita bailaba desnuda, según Procopio en su Historia Secreta (IX-11-14; 17-25).
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Foto: internet, las Pullaes gaditanaes | | |
Recopilado.