Juana la del Revuelo. |
Juana Silva Esteban, cantaora y bailaora de 64 años de nombre artístico Juana la del Revuelo, ha fallecido el pasado martes, 7. De una extendida y larga enfermedad. El flamenco pierde una de sus voces más auténticas, a los cuatro años de enviudar de Martín Jiménez, con quien formó pareja en grandes tablaos y de quien tomó el nombre artístico, era conocido como Martín Revuelo. También actuaron con dos de sus hijos, Martín Chico y Carmen.
En una entrevista nos decía, "A mí no me hacen falta palabras, lo que mejor sé hacer es cantar , bailar y hacer potajes". Fue en la Bienal de Flamenco de Sevilla, a la que era habitual. Artista hecha en La Trocha de Sevilla donde salieron otros célebres grupos, triunfó en Madrid, donde trabajó en Los Canasteros y actuó con Manuela Carrasco en "Ayer, hoy y mañana del flamenco", así como con Carmen Linares en la Cumbre Flamenca de Murcia.
Después de su paso por los tablaos como Guajiro y grandes teatros de todo el mundo, como el Lope de Vega de Sevilla, obtuvo un destacado reconocimiento con el Premio de Bulerías, en 1983 en Mairena del Alcor, lo que abrió las puertas al flamenco más festero. Consagrada en su arte en 1996, durante la novena Bienal del Flamenco, en una fiesta trianera en un espectácular flamenco.
Cuenta con cinco discos propios: "Sevilla es de chocolate", ( 1988 ), "Sonekay" ( 1989 ), "Cachito de pan", ( 1990 ), "A compás", (1993), y "De dulce" (1997), también colaboró con producciones de su hijo y Raimundo Amador, Rafael Riquini y Mariana Cornejo.
Juana nace el popular barrio de Triana, en la calle S. Juan, la misma calle que cantaron los geniales y legendarios "El Pancho", "Los Caganchos", y en la que se celebró una boda de tronío, muy comentada en la Triana de 1930, la de Juan Jiménez conocido por el nombre flamenco de "Cepero de Triana", apadrinado por la Niña de los Peines y el que posteriormente fue su marido, Pepe Pinto.
Su repertorio abordaba sobre todos los cantes de fiesta como las bulerías y los tangos, pero también destacó en otros palos como cantiñas y los fandangos.
La cruel enfermedad la ha mantenido alejada de los escenarios en los últimos años. Festera por antonomasia, se podría decir que es la última cantaora de pololos y delantal, la última buñolera de los escenarios. Tenía el arte trianero en la sangre. El flamenco está de luto por tan inmensa pérdida.
Mi más sentido pésame a su familia y al mundo del flamenco...
Datos históricos recopilados.
Foto: internet.