Alzheimer
A
la sombra de una parra
Está
sentado el abuelo
Sus
ojos semis cerrados,
Ni
dormido, ni despierto
Otean
el horizonte
Buscando
a los que se fueron.
Sus
manos sobre el regazo
Con
temblor leve, ligero,
Buscan
la calor del sol
Para
llevarla a su cuerpo-
En
sus ojos almendrados
Brillan
luces de recuerdo
Que
se quedaron anclados
En
el que fuera su tiempo.
Aunque
me acerque y le hable,
Aunque
yo le cuente historias
Aunque
yo le narre cuentos,
El
abuelo no contesta
Él
se encierra en su silencio.
A
veces en su mirada
Creo
que me está sintiendo
Que
reconoce mi voz,
Que
reconoce mi cuerpo.
Y
yo le cojo las manos
Y
le deposito un verso…
Una
mirada perdida,
Una
ausencia de recuerdos,
Un
no estar en el presente.
Un
sentir que no se ha ido,
Un
ignorar a la gente.
Quien
sabe lo que se esconde
En
ese mirar cansino,
Quien
sabe lo que se siente
Cuando
la mente se ha ido
Quién
sabe si reconoce
A los que de él han sido
Más
yo le siento tan cerca
Que
le acaricio sus manos´
Que
le acaricio su pelo
Y
muy bajito, al oído
Le
digo cuanto le quiero
Le
digo “ Yo estoy contigo”
Concha
Comparto con vosotros el sentimiento y belleza de esta poesía de mi amiga, Concha Mingorance. También es un homenaje a nuestros seres queridos que están aún con nosotros, pero ya ausentes. Muchos de nosOtros habrán experimentado estas vivencias como cuidadores, del cariño que se les profesa a estas personas, nace las fuerzas para sobrellevar y seguir adelante en esta etapa de la vida. Va muy especialmente dedicado a un buen amigo común al que apreciamos mucho, no hace falta citarlo, él lo sabe...