Corral de vecinos, principios del siglo XX. |
El auténtico Corral Sevillano tal vez en siglos pretéritos constituyese un refugio de muy diversas gente, como cualquier barrio, pero su población no se caracterizaba, ni hace cien años, ni menos, por su conflictividad. A veces, se discutía, por lo general, cosas de niños, se decian alguna palabrota las madres, y se hacían las paces, muy pronto. Se tenía mejor sentido que en la actualidad de lo que significaba la buena convivencia. En las celebraciones, todo el mundo participaba: Cruces de Mayo, bautizos, bodas, etc. Si se perdía un niño, y la mayoría acudía a buscarlo. Eran otros tiempos...
Si aceptamos como corral al que es dueño de una planta amplia rectangular o cuadricular, a la cual se abren las habitaciones cuyos moradores poseen unas cocinitas y hacen uso de unos servicios sanitarios y lavaderos comunes, tendremos que desechar como auténticos patios o corrales a una serie de viviendas colectivas muy parecidos a estos. En primer lugar no catalogaremos como tales corrales a los viejos palacios, (calle Betis, 59 y Santa Ana, 23), donde se han acomodado múltiples familias. Son "primos"de los corrales, como lo son una serie de casas cuyas fachadas es la propia de un edificio de dos o tres plantas, (no la casa-tapón que a veces tiene el corral rectangular), en cuyo zaguán divisamos ya múltiples buzones de correos que, junto con las tapas de las madronas de los colectores de desagüe, suelen ser síntomas de agrupamiento humano que se esconde detrás de la cancela de hierro, casi siempre del siglo XIX, que abre a un patio rectangular o irregular, de columnas de hierro, en torno al cual se agrupa las viviendas. Pero este patio no es comunitario,-no es para la sociabilidades-, es de paso. Este tipo de viviendas existen por la Macarena, por el Pumarejo, S. Bartolomé, (Archeros, 15, S. Clemente, 17, Imperial, 27) y en Triana en las calles Pureza, 98, S. Jacinto, 34, Rodrigode Triana, 38, Alfarería, 69, Pagés del Corro, 5, Procurador, 7, Castilla, 45 y otros...La casa de vencidad de S. Jacinto, 34, es muy original. Totalmente irregular, intrincada. En lugar de entronizar la imagen religiosa del barrio, aquí han entronizado a un equipo de fútbol, (qué arte tienen), y los buzones de correo son un rabioso y delator color verde...
Desde siempre, Triana es el santuario de corrales, aunque ya muy mermada su presencia. Y dentro de Triana, la calle Alfarería es como un museo del corral, tal como la calle Caminito lo es en Buenos Aires con relación al tango. En Alfarería encontramos aún el corral en su versión pura, antigua, agonizante (Alfarería, 85), y la moderna visión a base de un patio con domicilios familiares dotados de dos dormitorios, sala-comedor, cocina y servicio (Alfarería, 138). Entre ambos tipos hallamos distintas variantes, en la misma calle. El corral que con dificultades persiste en Alfarería, 85, tiene la clásica casa tapón, tras la cual se extiende un largo y estrecho patio-con aire de zoco moruno-con viviendas en dos plantas. En el centro del patio se alza un grifo que sale de una construcción monolítica. El aspecto es de incuria; se ve una nevera, una vieja cocina, unos butacones, unas jaulas de pájaros, un trozo de sol que también está a punto de marcharse...En los tipos intermedios y distintos se encuentra la construcción de Alfarería 64, dotada de cierta originalidad al estar compuesta por dos patios cuya divisoria la establece una comunicación aérea entre las dos plantas superiores.
La comunidad de servicios sanitarios, y de lavaderos han desaparecido hace tiempo en estos patios modernos. Como ha desaparecido también en otra morada colectiva sita en Alfarería 32, llena de originalidad y muy parecida a la de Pagés del Corro, 17. Esta es como un adarve moruno Sus moradores tenían un fuerte sentido de comunidad. Atada a la verja de una de estas casitas vimos una gran paellera con la que, se nos dice, se guisaba una caldereta para todos los vecinos en Nochebuena.
También por la calle Castilla es posible aún visitar diversas viviendas de este género, como el conocido Patio de las Flores, lujurioso de hermosa vegetación; muere frente al mismo Templo de la O.
Con repetida frecuencia lo más original de los corrales , son sus moradores, entren en ellos si su pasear errabundo por la ciudad se lo depara. Nada hay más relajante que ese dejarse ir por los barrios para descubrir rincones y personas insólitas y cercanas. El descubrimiento de los corrales puede entrar en ese caminar indagatorio de la ciudad. Por lo general, los vecinos, llenos de amabilidady acogedores. Es posible que si Vd. entra invitado por el dueño se encuentre con una señora de ojos enrojecidos ...Ella le dirá que llegó al corral con dos años, hace cincuenta; y él le confesará que nació en el corral de la Cruz, (Europa, 4), donde también vio la luz primera aquel actor que interpretaba el Séneca, (Antonio Martelo), de Pemán, y el gran cómico Carabolso, y Perico y Manolín, también cómicos de murga, y actuaban por la década de los cuarentay cincuenta en unos tabladillos que se alzaban en la Alameda. Pero nada estorba ni empañala generosidad y cordialidad del matrimonio, que nos cuenta como Carmen Florido, casada con Mario Gabarró, nació en este corral. Y a este patio, nos dicen, venía a vender sal siendo niña la gran Gracia de Triana, y nosotros le decíamos-"Si bailas, te compramos sal-". Y Gracia bailaba. Cerca nació y vivió Micaela. Y en el corral del 111, (hoy 93), nació y vivió Matilde Adorna, la saetera. En el desaparecido corral del Judío, nació y vivió el gran Naranjito de Triana, Nada queda de aquello.
Otra trianera universal: Dª Matilde Coral. Todo un mundo de arte estrechamente vinculado a estas viviendas populares. Quedan ellas, las figuras, y sus recuerdos y nostalgias de la vieja morada. Queda la satisfacción de comunicarnos lo que nos están diciendo. Son como una gran familia, son "cachorreros"-del Cachorro-, en cuyas filas hay numerosos hermanos procedentes de los corrales...
Continuará.
"Los Corrales"
Fco Morales Padrón.
Ed: Grupo Andaluz de Ediciones.
Cosas de Sevilla, 1981.
La comunidad de servicios sanitarios, y de lavaderos han desaparecido hace tiempo en estos patios modernos. Como ha desaparecido también en otra morada colectiva sita en Alfarería 32, llena de originalidad y muy parecida a la de Pagés del Corro, 17. Esta es como un adarve moruno Sus moradores tenían un fuerte sentido de comunidad. Atada a la verja de una de estas casitas vimos una gran paellera con la que, se nos dice, se guisaba una caldereta para todos los vecinos en Nochebuena.
También por la calle Castilla es posible aún visitar diversas viviendas de este género, como el conocido Patio de las Flores, lujurioso de hermosa vegetación; muere frente al mismo Templo de la O.
Con repetida frecuencia lo más original de los corrales , son sus moradores, entren en ellos si su pasear errabundo por la ciudad se lo depara. Nada hay más relajante que ese dejarse ir por los barrios para descubrir rincones y personas insólitas y cercanas. El descubrimiento de los corrales puede entrar en ese caminar indagatorio de la ciudad. Por lo general, los vecinos, llenos de amabilidady acogedores. Es posible que si Vd. entra invitado por el dueño se encuentre con una señora de ojos enrojecidos ...Ella le dirá que llegó al corral con dos años, hace cincuenta; y él le confesará que nació en el corral de la Cruz, (Europa, 4), donde también vio la luz primera aquel actor que interpretaba el Séneca, (Antonio Martelo), de Pemán, y el gran cómico Carabolso, y Perico y Manolín, también cómicos de murga, y actuaban por la década de los cuarentay cincuenta en unos tabladillos que se alzaban en la Alameda. Pero nada estorba ni empañala generosidad y cordialidad del matrimonio, que nos cuenta como Carmen Florido, casada con Mario Gabarró, nació en este corral. Y a este patio, nos dicen, venía a vender sal siendo niña la gran Gracia de Triana, y nosotros le decíamos-"Si bailas, te compramos sal-". Y Gracia bailaba. Cerca nació y vivió Micaela. Y en el corral del 111, (hoy 93), nació y vivió Matilde Adorna, la saetera. En el desaparecido corral del Judío, nació y vivió el gran Naranjito de Triana, Nada queda de aquello.
La gran Matilde Coral, bailaora única en su arte. |
Otra trianera universal: Dª Matilde Coral. Todo un mundo de arte estrechamente vinculado a estas viviendas populares. Quedan ellas, las figuras, y sus recuerdos y nostalgias de la vieja morada. Queda la satisfacción de comunicarnos lo que nos están diciendo. Son como una gran familia, son "cachorreros"-del Cachorro-, en cuyas filas hay numerosos hermanos procedentes de los corrales...
Continuará.
"Los Corrales"
Fco Morales Padrón.
Ed: Grupo Andaluz de Ediciones.
Cosas de Sevilla, 1981.