Las Divinas Manos de la Virgen de la Estrella |
Él siguió andando por el cielo.
Sus alpargatas de esparto
comenzaban a transfigurarse,
y su camisa sucia
con el sudor del trabajo
se empezaban a convertir
en una túnica de nieve.
Seguía llevando en su mano
izquierda el costal
almohadillado que se ponía
para sacar a la Virgen.
De pronto, en unos de los caminos
del cielo, se ve cara a cara con Ella.
¿No me conoces Señora?
Que yo fuí costalero.
¡Que me miren, Madre, ahora
Esos ojos que yo quiero!
Fuí tu tiesto y tu florero...
Tú arriba fuiste flor;
Sobre mis hombros de acero.
Tú llevabas el salero
De tu manto triunfador.
La saeta te encendía
Y la noche te besaba...
Y yo abajo decía:
-Tinieblas, polvo y sudor-:
"Por Ella, soy costalero,
De corazón"...
Y todo el palio temblaba
Del goce que yo sentía,
Y tu Amor me bendecía
Y tu pie me acariciaba...
Yo la Tierra, Tú la flor,
Por Ella fuí costalero
Por Amor.
El costalero sentía mientras
hablaba que algo florecía
en su mano izquierda.
Miró, y el pobre costal desapareció.
Tenía en su lugar lugar
una corona de rosas.
Los Ángeles cantaban
y la Virgen sonreía...
Para mis seguidores con afecto y agradecimiento por su fidelidad, especialmente a los trianeros, que creo que tengo algunos.
Fuente:
http://angelaysevilla.blogspot.com