MÁS CHULO QUE UN 8: esta expresión de "más chulo que un ocho", se debe a una manera muy castiza de expresar de aquella época: en Madrid, cuando había tranvías, el número 8 era el que llavaba a los chulapos y chulapas a la Verbena de S. Antonio de la Florida.
MÁS FEO QUE PICIO: Fco Picio, nacido en Alhedín, (Granada), fue condenado a muerte por razones desconocidas y ya en capilla recibió el indulto. Tal fue su reacción que se le cayó el pelo, las cejas y le salieron tumores por toda la cara, causando una visión espantosa. Cuenta la leyenda que el párroco que fue a darle la Extrema Unción, ató el Crucifijo a la punta de un palo para no acercarse a ese rostro horrible.
Quedó el dicho como expresión de que alguien es muy feo.
LAS PAREDES OYEN: cuentan que los cronistas que la reina Catalina de Médicis, esposa de Enrique II, rey Francia, era muy desconfiada y perseguidora impacable de sus posibles rivales. Para poder escuchar mejor a las personas de las que más sospechaba, mandó practicar una red de taladros, hábilmente disimuladas entre las molduras, en las paredes y techos del Palacio Real. Este sistema de espionaje dió origen a la popular frase: "Las paredes oyen". Como símbolo que hay que extremar la discreción.
MANDAR A LA PORRA: Siglos atrás, en el ámbito militar, el soldado que ejecutaba el tambor mayor del regimiento llevaba un largo bastón, con el puño de plata y mucha historia detrás, al que se le llamaba "porra". Por lo general, este bastón era clavado en un lugar alejado del campamento y señalaba el lugar al que debía acudir el soldado que era castigado con arresto: "Vaya usted a la porra", le gritaba el oficial y el soldado, efectivamente, se dirigia a ese lugar y permanecía allí el tiempo debido.
Posteriormente, fue cambiando la forma de castigo, pero la expresión "mandar a la porra" arraigó en el vulgo y quedó el uso del pueblo, con un matiz despectivo.
Recopilado.