jueves, 3 de octubre de 2024

RECUERDOS

 



Me gusta pasear por la manzana, cercana a casa, en el barrio. Entrar en el taller de un zapatero remendón, que  en la actualidad son escasos. El olor a cuero, el ruido de la anticuada maquinaria  con sus correas y poleas impulsadas por un solo motor, un cierto desorden, (pero él sabe dónde está todo), todo me resulta fascinante y curioso. Lo extraordinario es observar  a un  que sabe su oficio y disfruta  haciéndolo. Siempre me ha parecido  que existe un instructivo paralelismo entre el artista  y el  zapatero remendón, especialmente por el hecho de que  ninguno de los dos  escoge  su profesión con ánimo de lucro. Lo cierto es que  con excepción de los artistas, los zapateros, los poetas, agricultores y algún que otro  de los viejos maestros del golf, la mayoría de las personas trabaja simplemente para ganar dinero. El lucro  ha reemplazado al goce de la tarea como móvil final. Dadas las presiones sociales de nuestros días, es inevitable; pero qué gran cosa sería que todos disfrutaran con su trabajo. Ya quedan muy pocas tareas "que se hacen con amor". Lo que probablemente explica muchas cosas, tales por qué los médicos ya no hacen visitas a domicilio, por qué  los maestros van a la huelga y por qué el cartero no entrega la correspondencia como antes. Se rompió lo establecido: llegó la evolución...


(Pulsar en el enlace, porfi).


Ginesfranconettihavuelto.blogspot.com

 He perdido los comentarios en este, pueden hacerlo en el enlace, con total libertad, os atenderé gustosa. Este blog lo mantengo activo.