En el santoral del día: San Joaquín y Santa Ana.
S. Joaquín nace en Séforis (Israel) y muere en Jerusalém. Según la tradición católica y ortodoxa, fue el padre de la Virgen María y marido de Sta Ana y por tanto, abuelo materno de Jesucristo. De S. Joaquín se sabe que sus padres fueron Matat y Estha. Santa Ana (conocida en hebreo y árabe como Hannah) está basado en los Evangelios apócrifos, , no admitidos por la Iglesia dentro de sus libros canónicos. Sta Ana nace en Belén (Palestina) y muere en Nazaret (Israel). Descendía del rey David y de Leví. Es considerada patrona de diversas ciudades y países, así como de las mujeres trabajadoras y los mineros, pues de considera a Jesús el oro y María la plata.
Son Patronos de todos los abuelos, un día grande en muchos hogares hoy.
En el barrio de Triana en Sevilla es el gran día de su Velá, si pueden, no se la pierdan, os enamorará para siempre.
Brindo por los abuelos que me siguen y los que celebren hoy su onomásticas, chin chin...
¡VIVA TRIANA!
¡VIVA LOS TRIANEROS!
¡VIVA SEVILLA Y SUS TRADICIONES!
Cartel de nuestra Velá de Santiago y Santa Ana, 2022: "Los Colores de Triana," obra de Pablo Rosa y su pregonera, Reyes Robledo.
Era jueves, 6 de mayo de 2021. Álvaro, 23 años en ese momento, no se concedía respiro. Estudiante de 5º de Medicina en Albacete tenía los exámenes finales a la vuelta de la esquina y pasaba los días encerrado en una biblioteca pública. Antes de volver a casa por la noche lo llamó su madre. «Me pidió que comprara la cena porque estaba la nevera vacía. Fui a un local de la calle Concepción que nos gusta. Casi al llegar había una trifulca entre chavales en la que participaba bastante gente. Pasé de largo, vi que eran más jóvenes que yo. No los conocía. Compré mi pocket de salmón y salí hacia casa, pero al pasar de nuevo me fijé en un chico sentado en una silla en la calle y me di cuenta de que dos de sus amigos estaban muy preocupados y sin saber qué hacer».
Álvaro Belmonte Lomas rememora para ABC aquella noche inolvidable de hace un año y pico. Acaba de salir de la academia en la que prepara el MIR con la exigencia y la entrega que implica. Lleva doce horas seguidas y, pese al cansancio, que se le nota, bucea para encontrar cada detalle de ese día que, involuntariamente, lo cambió: afianzó su vocación y lo encaminó a lo que quiere ser en la vida.
«Me acerqué y vi que le estaba brotando mucha sangre del cuello. La herida era enorme, tanto que le cogía casi todo el cuello aunque la más profunda estaba en la izquierda, a la altura de la yugular. No había nadie más, habían llamado a la Policía pero aún no había llegado; acababa de pasar. Como pude taponé presionando con la mano y con pañuelos. No recuerdo exactamente ni quién me los dio ni cómo. Todo pasó muy rápido y yo estaba concentrado en taponar como fuera. No creo que llegara a pensar en nada más, solo en presionar esa herida y cortar la hemorragia«.
Recuerda que el chico tirado ya en el suelo, casi inconsciente por la pérdida de sangre, le pedía con palabras apenas inteligibles que llamara a una ambulancia. A la cura o la salvación (como supo más tarde) improvisada se sumó un joven enfermero que estaba cerca. «Ambos tratamos de que no perdiera la consciencia, le preguntábamos cómo se llamaba, si sabía dónde estaba. Lo que más me marcó fue que solo susurraba: ambulancia, ambulancia».
«Cuando llegó la Policía pedimos gasas y vendas y sujetamos como pudimos hasta que acudió la UCI móvil». La ambulancia enfiló la calle con la urgencia de la vida que se escapa. Álvaro la siguió con la mirada, exhausto, cogió su mochila y la cena para la familia y regresó a su casa. Antes llamó a su madre. «Le dije: mamá, estoy lleno de sangre pero no te preocupes que no es mía. Yo nunca había estado en una pelea y no quería que se asustara al verme«.
Reitera –pese a que en breve ejercerá en un hospital como sueña– que jamás había visto tal cantidad de sangre en la calle, la camisa, los pantalones, el suelo. «Le habían cortado la yugular. Lo más parecido que había visto era alguna operación de tiroides», dice, ahora sí, con calma y sonríe al evocarlo.
«No te da tiempo a pensar, lo que quieres es que salga adelante pero teniendo poco material y pocos conocimientos solo puede salvar un cirujano vascular o un otorrino. Un profesor de Urgencias me reconoció que si el chico hubiera perdido más sangre no habría llegado vivo al quirófano».
Otro habría corrido a pregonar su hazaña. Pero ese no es el carácter de Álvaro. «No quise contar nada a nadie. Se enteraron cuando salió la noticia en el periódico. Y quedó como una anécdota, importante, pero anécdota. Me agobió mucho la repercusión».
Aquella noche un hombre siguió viviendo gracias a él. Unos días después, el héroe que se resiste a serlo tuvo que ir a declarar a comisaría. Cuando terminó un agente le dijo que la víctima, que ya había salido de la UCI, y su familia estaban allí. Le preguntó si quería saludarlos.
«La madre se acercó a mí muy emocionada. 'Aunque haya Covid te tengo que dar un abrazo', me dijo. Fue un momento muy bonito pero yo estaba bastante nervioso». Supo entonces que el hombre al que salvó había ido a Albacete a pasar una noche de fiesta y se topó con la casi muerte. La novia de ese chico también estudia Medicina allí y se sumó a esa inevitable gratitud.
Su hazaña ha tenido dos consecuencias directas para este amante de los caballos, que tiene un hermano mellizo, futuro médico como Álvaro. «Después de todo esto me ha entrado el gusanillo de las Urgencias o las medicoquirúrgicas. Siempre me ha gustado implicarme».
La segunda consecuencia es que la Fundación Policía Española lo galardonó con el premio a los Valores Humanos, ideado para agentes que se exponen por auxiliar a los ciudadanos. Es el primer civil que lo recibe. «Aquella noche no tuve miedo pero sí supe lo que es la responsabilidad de tener una vida entre las manos».
¡Enhorabuena Álvaro! Eres todo un ejemplo de HUMANIDAD y para nuestra sana juventud.
Esta maravillosa noticia la he leído en el ABC de Sevilla, me hago eco de ella y la divulgo al mundo entero. Recibes mi aplauso. Felicitaciones y agradecimiento por tu gran gesto. Has salvado a un joven de una muerte cierta, asistido después por el Equipo de Urgencias con sus meritorios esfuerzos y prontitud.
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Ginesfranconettihavuelto.blogspot.com
He perdido los comentarios en este, pueden hacerlo en el enlace, con total libertad, os atenderé gustosa. Este blog lo mantengo activo, son muchos años...
Nota: estoy de vacaciones, ya lo avisé. Modifico las entradas en mis blogs, también los comentarios. A los que me comenten, aunque tarde un poco, contestaré a todos los que lo hagan y agradecida.