Foto: Precioso atardecer de la playa de la Victoria de Cádiz
Érase una vez tres amigos gaditanos muy forofos de la pesca, así que se pusieron de acuerdo para ir en el finde los amigos, una vez bien repletos de provisiones, zarparon en la embarcación. La mar empezó a "picarse" en medio de un fuerte viento y zozobró el barquito. Nadando consiguieron llegar a una isla desierta . Durante los primeros días, todo fue aceptablemente bien. Hicieron una choza para resguardarse, disponían de mariscos, aves y sus huevos, agua de un lago, y fruta terrorífica: el coco...
Después de una semana, uno de ellos, ganadero, sintió añoranza y echaba de menos a su gente y su finca. El segundo suspiraba por el puesto de pescadería de la "plasabasto" del Mercado Gaditano. El tercero, alegre y despreocupado, disfrutaba de una ansiada paz y tranquilidad de la isla.
Un día el ganadero paseaba por la playa con los compañeros, encontró, una vieja y bonita lámpara. La frotó y se les apareció un genio.
_Gracias por liberarme de mi prisión-exclamó, pídanme, cada uno de ustedes un deseo.
-Desearía volver a mi rancho -pidió el ganadero.
¡Puf!..y desapareció.
-Yo quisiera estar de nuevo en mi puesto de pescado-indicó el pescadero.
-Y cuál es su deseo?-preguntó el genio al tercer hombre.
-Pues-dijo éste-, me siento muy solito aquí sin mis amigos. Desearía que volvieran...
-¡Puf! ¡Puf!
Dedicado a Juan L Trujillo.
Foto: internet.
Después de una semana, uno de ellos, ganadero, sintió añoranza y echaba de menos a su gente y su finca. El segundo suspiraba por el puesto de pescadería de la "plasabasto" del Mercado Gaditano. El tercero, alegre y despreocupado, disfrutaba de una ansiada paz y tranquilidad de la isla.
Un día el ganadero paseaba por la playa con los compañeros, encontró, una vieja y bonita lámpara. La frotó y se les apareció un genio.
_Gracias por liberarme de mi prisión-exclamó, pídanme, cada uno de ustedes un deseo.
-Desearía volver a mi rancho -pidió el ganadero.
¡Puf!..y desapareció.
-Yo quisiera estar de nuevo en mi puesto de pescado-indicó el pescadero.
-Y cuál es su deseo?-preguntó el genio al tercer hombre.
-Pues-dijo éste-, me siento muy solito aquí sin mis amigos. Desearía que volvieran...
-¡Puf! ¡Puf!
Dedicado a Juan L Trujillo.
Foto: internet.