Dentro de la vida sevillana, entre los años 1.850
y 1930 tuvieron relevante importancia los Cafés Cantantes, de una vida que en muchos aspectos era más placentera que la actual. Aunque había menos dinero que en ésta década, los gastos familiares y domésticos eran menores porque cada sevillano no tenía que sostener coche, hipoteca de piso, ni letras de electrodomésticos...así que el sueldo no tenían más inversiónes que el alquiler de la vivienda, la alimentación y las ropas, que frecuentemente eran muy aprovechadas por las amas de casa, y por modesto que fuera el presupuesto familiar siempre sobraba una parte para gastar en recreaciones, lo que explica el auge de la feria, veladas de barrios, cruces de mayo, corridas de toros y la diversidad de cafés cantantes, salas de variedades y casas de juegos que brotaban por los barrios sevillanos.
y 1930 tuvieron relevante importancia los Cafés Cantantes, de una vida que en muchos aspectos era más placentera que la actual. Aunque había menos dinero que en ésta década, los gastos familiares y domésticos eran menores porque cada sevillano no tenía que sostener coche, hipoteca de piso, ni letras de electrodomésticos...así que el sueldo no tenían más inversiónes que el alquiler de la vivienda, la alimentación y las ropas, que frecuentemente eran muy aprovechadas por las amas de casa, y por modesto que fuera el presupuesto familiar siempre sobraba una parte para gastar en recreaciones, lo que explica el auge de la feria, veladas de barrios, cruces de mayo, corridas de toros y la diversidad de cafés cantantes, salas de variedades y casas de juegos que brotaban por los barrios sevillanos.
Los cafés cantantes eran el principal templo del cante y el baile flamenco. Una somera enumeración de los Cafés Cantantes, nos hace evocar los nombres siguientes:
CAFÉ NOVEDADES: que estaba en La Campana, entre las calles Sta María de Gracia y calle de La Plata, formando una gran manzanaa que se derribó para hacer con dichas calles una sola más ancha, que es la actual Martín Villa, el año 1.923, dentro del plan de ensaches promovido por el alcalde Conde de Halcón a quien por estos desastrosos de derribos y ensanches los sevillanos le llamó El Alcalde Palanqueta, (con mucho acierto).
CAFÉ DE LAS ESCALERILLAS: fundado por Manuel Ojeda "El Burrero", y por el Gran Silverio Franconetti, en la calle Amor de Dios. A Ojeda le llamaban "El Burrero" porque antes de meterse en el negocio del flamenco había tenido una recua de burras de leche, con la que recorría las calles vendiendo la leche, que se consideraba un excelente remedio para los catarros, (¡Qué cosas!). Pasado algún tiempo los dos socios se separaron y entonces cada uno puso su propio café cantante.
CAFÉ DE SILVERIO, en la calle Rosario.
CAFÉ DEL BURRERO, en la calle Sierpes, y Azotaifo.
CAFÉ SIN TECHO, estaba en el Paseo Colón.
CAFÉ OLIMPIA, en Amor de Dios, y Tarifa.
CAFÉ VARIEDADES, ubicado en Trajano y Amor de Dios.
CAFÉ KURSAAL, que estaba en cine Palacio Central.
CAFÉ EL TRONÍO, en La Europa a Barco.
lA FIAMBRERA, y EL CAFÉ PARÍS, en La Campana, (este último derribado muy entrado el siglo XX, una atrocidad más).
CAFÉ ROSALES, en Ronda de Capuchinos.
IDEAL CONCERT, en Calatraba.
SALÓN BARRERA, estaba en Amor de Dios.
En estos Cafés Cantantes, actuaban las más grandes figuras del género flamenco y así en el Café de Silverio, ademá de cantar el célebre Franconetti, (quien a pesar de su origen italiano fue un cantaor de los buenos y el que más aportó al flamenco), que vivía y murió en su casa de la Plaza de la Contratación, alternaban en el escenario cantaores de tanta valía como Dolores Parrales "La Parrala", Fco Lema "Fosforito" de Cádiz, Trinidad Navarro "La Trini", malageña, y don Antonio Chacón. Este llegó de telonero, es decir, el primero que salía a cantar y de menos categoría, pero ocurrió que habiendo cantado su número oscureció a los que venían detrás, de tal modo que el empresario se vió obligado a cambiarle el turno, y pasarle a cantar el último, con lo que se convirtió en la máxima figura del cartel, cobrando la suma de veinte pesetas diarias, (toda una fortuna de la época). Chacón se había dado a conocer en Jerez de la Frontera, donde le contrató el torero Hermosilla para una juerga que organizó para festejar su triunfo en aquella plaza taurina. En aquella juerga alternó con Enrique "El Mellizo" y Joaquín La Cherna. D. Antonio tenía además de excelentes facultades y estilo propio, una gran capacidad de improvisación, y así lo demostró cuando la muerte del " Canario". El Canario era un famoso cantaor que actuaba en el Café de Silverio, por unos momentos para ir a Triana, a ver a su novia, otra cantaora llamada La Rubia de Málaga. En el Puente de Triana un gitano, al parecer pagado por un enamorado de la Rubia, asesinó de dos puñaladas al cantaor. Alguién trajo la noticia al Café de de Silverio, y entonces, cuando por su turno debía salir al escenario El Canario, salió Chacón, quien en medio de un gran silencio y el estupor del público improvisó esta copla, con voz quebrada por la emoción:
El Canario ya no canta
El Canario se calló
que en el Puente de Triana
un mal gitano lo mató...
En el Café Novedades, que cantaba otro fenómeno del cante, el incomparable Manuel Torre que fue el primero que intentó vestir con señorío a los de su oficio, para lo que salía al escenario con un traje negro de seda cruda, con camisa blanca. Con Manuel Torre alternaban La Macarrona, Juana La Antunez, su hermano Fernando, La Gorda, La Serrana, Antonio Ramírez, Pepe El Ecijano, Mario Malvido, Fosforito de Cádiz y La Melliza.
Torre cantaba como nadie por tientos y de él es la célebre copla que arrancaba lágrimas y gritos de entusiasmo a los aficionados.
Amparo, por Dios, mi Amparo
el enfermo busca alivio
yo lo busco y no lo hallo...
En "LA FIAMBRERA" y en el "PARÍS," cantaba otro astro del flamenco, Manuel Vallejo, ídolo de gran parte de público, que lo enfrentaba a otros grandes, y alternaban con él la célebre Pastora Pavón. "Niña de los peines", de quien se dijo que cuando mejor cantaba era cuando tenía la voz rota por el aguardiente. Ya en los años finales de la década de los veinte, García Lorca cuenta de Pastora una escena alucinante, sacándose ella el "duende" por los entresijos de una voz quebrada como un cristal en añicos. Después de cerrarse las casas de juego el 23, y por haberse quedado sin trabajo Pepe Pinto, que era crupier de las mesas de ruletas, se tuvo que dedicar al cante, para el que tenía magnificas dotes, y alternaba con Pastora, con la que se casó, aunque ella era bastante mayor que él. También cantaba en estos cafés una cantaora de mucho garbo y estilo, Encarnación Fernández, "La Finito", que además era una extraordinaria saetera, que en Semana Santa le hacía la competencia a Rocío Vega, "La Niña de la Alfafa".
La Niña de la Alfalfa. |
Ya por aquellos tiempos empezaban dos o tres cantaores con porvenir que fueron Pepe El Culata, el mayor de la dinastía, y Antonio Mairena, también iniciador de saga. Manolo El Caracol, que era de los Ortega, familia que desde más de cien años, (se jactaba él), no ha dado más que grandes cantaores, toreros y bailaores, entre los toreros, Fernando El Gallo, que estrenó el Ruedo de El Pto de Sta María, (Cádiz) y el legendario Joselito El Gallo. Terminaba su carrera Juan Breva, quien era muy famoso e ídolo indiscutible de los aficionados...
FOTO: Manolo Bohórquez, El Gran Silverio Franconetti. |
"La Sevilla que se fue":
Evocación histórica de la Sevilla de finales del siglo XIX.
José Mª de Mena.
ED: Castillejo.
(Continuará).