jueves, 22 de marzo de 2018

SEVILLANAS





El origen de las sevillanas están en las seguidillas, que se popularizan en Sevilla sobre el siglo XVI. En un principio constaban de tres coplas, siendo de cuatro cuando en el siglo
XVIII las bailan las gitanas trianeras con el sobrenombre de boleras, y ya con una definida línea flamenca. En las sevillanas se alternan la gracia de los brazos; el empaque de los cuerpos ceñidos en los trajes de faralaes; y la alegría de los giros. Las palmas, los repiques de los palillos, (castañuelas en finolis), y el rasgueo de la guitarra son su más animado acompañamiento y en la letra, alegre por lo común. En cualquier caso las sevillanas son coplas bailables, sobre todo por mujeres de la orilla bética, émulas de aquellas voluptuosas y gráciles "Puellae Gaditanas" ensalzadas por Marcial, Estrabón, Juvenal, Plinio el Viejo, (ver en éste blog: MUJERES PIONERAS: EL FLAMENCO. TELETHUSA).

M. Machado desgranó en versos certeros la excelsitud de la síntesis sevillana que la mujer y la copla:

Danza, mujer y copla
Son sevillanas.
Sabido es ya
Que Sevilla está
Llena de sol y sal.

Esta copla consta de una estrofa de 4 versos, y como la seguidilla, de ocho versos asonantes, rematados con un estribillo de significado corrientemente distinto al de la estrofa.

Yo tengo una rosa en el agua
Con veinticuatro colores
Vinticinco puñalá   
Que se merecen los hombres.
Con el vele las cerezas
Mira niño que no soy
Plato de segunda mesa.

O la archiconocida que redondea tanta clase de sevillanas

Y eso lo dijo
Uno que estaba arando
En un cortijo.

Semánticamente se conserva aún en 1923 el antigüo de seguidilla sevillana, universalizada decenios después de que la bailara en Sevilla la mítica Campanera. Su difusión ha sido grande, fundamentalmente en el suroeste de la penísula donde es danza irremplazable en cualquier sarao o fiesta popular.

Hoy se cantan las sevillanas  de cuatro coplas, aunque se resuciten las de tres y se intentan bailar las de siete, de más difícil ejecución. Los tipos que históricamente se han divulgado más son las boleras; (siglo XVIII), y modernamente, las gremiales, mollares, del tamboril, marcheneras o del verdeo, rondeñas, de la Cava, del Espartero, rocieras alosneñas, bíblicas, etc. De la mano de creadores tan singulares como Paco Palacios "El Pali", Paco Astolfi, Manuel Garrido, Hermanos Pareja Obregón, etc. Parémonos, en las más significativas clases de sevillanas.

Las rocieras son una dual exaltación del campo y de la Virgen. Sus letras de corte clásico sirven a un canto para andar, de tonada rítmica y lenta, relatando los más populares topónimos de la romería: río Quema, Lopaz, Ajolí, Palacio, etc.En la fiesta de Pentecosté, al Santuario de la Blanca Paloma en la marisma almonteña el acompañamiento se hace inequívocamente, con los milenarios tamboriles y flautas. 

Qué bonito el Rocío
Por la mañana
Cuando los tamboriles
Tocan diana
Y por la tarde
Cuando los tamboriles
Tocan al aire.

Y las que desde Triana canta al Rocío el genial Paco Astolfi.

A ese lirio peregrino
Que no le pisen los bueyes,

Cógelo tú carretero
Cógelo tú con cariño
Que la Virgen del Rocío
Lo quiere para su niño.

En la segunda mitad del siglo XX, una pareja de artistas de Alosno, Paco y Pepe Toronjo aportan los aires de aquella ciudad onubense en las sevillanas "para oír". Los Toronjos incorporan incorporan el léxico y los personajes de aquellas bravas serranías: Juan Vázquez. Martín Añonso, y los blíbicos Absalón, rey David, Betsabé.

Absalón presumía
De sus cabellos
Que no le competían
Ángeles bellos.
Que sus cabellos fueron
Su precipicio.

O también las elegíacas de Manuel Garrido:

Algo se muere en el alma
Cuando un amigo se va
Y va dejando una huella
Que no se puede borrar.
Note vayas todavía
No te vayas por favor
Que hasta la guitarra mía
Llora cuando dice adiós.


Os dejo el arte inmenso de la gran Matilde Coral bailando unas sevillanas. Al cante su hija Rocío. No se la pierdan ¡Insuperable!










  



Soria Medina.