jueves, 9 de junio de 2016

* HISTORIA DE LA MANTILLA ESPAÑOLA *


                                                                                                                                            
Foto: internet, mantilla de Chantilly.




Foto: internet, mantilla de blonda.




No se sabe en concreto el origen, se cree que los primeros velos y mantos como  adorno y como prenda de abrigo son el punto inicial de las primeras mantillas conocidas, fueron utilizadas, principalmente, como piezas ornamentales en el vestuario de la mujer.

La evolución de esta prenda estuvo marcada por factores sociales, religiosos y hasta climáticos. Estos últimos eran visibles, en el tipo de tejido utilizado para su confección. En la zona norte se utilizaban tejidos tupidos. En el sur, se utilizaban tejidos con fines ornamentales, las de "fiestas" que se lucían en ocasiones señaladas o sencillamente adornadas, las de "diario".

Los primeros usos de la mantilla, se dieron entre el pueblo. No eran utilizadas por las altas clases sociales. Las utilizaban, más a modo de abrigo que como prenda ornamental, sin hacer uso de la peina.

A principios del siglo XVII,  se sabe que comienza una evolución de la mantilla dejando paso a una pieza más ornamental en el vestuario femenino , al sustituir poco a poco, el paño por los encajes. Lentamente empieza a extenderse el uso de esta prenda como ornamento, aunque habría que esperar hasta bien entrado el siglo XVIII para que la mantilla empiece a ser usada por las clases más altas, es cuando adquiere "postín" la prenda.

La reina Isabel II (1833-1868), muy aficionada al uso de tocado y diademas, empieza a popularizar el uso de la mantilla, costumbre que pronto adoptan las mujeres más cercanas a ella. Las damas cortesanas y de altos estratos sociales, lo que contribuye, a darle un aire distinguido y elegante, tal como ha llegado a nuestros días (aunque su uso es limitado).

Su uso tiene un claro retroceso, a la muerte de la reina, aunque se mantiene un cierto arraigo en el centro y sur de la península. Como podríamos " podríamos ver, se mantiene su uso, en lugares donde la utilización no tiene nada que ver como prenda de abrigo, sino meramente ornamental. Hoy día perdura esta costumbre y es más fácil ver mantillas en el centro y sur de nuestro país que en la zona norte. El más reducido uso de la mantilla en épocas siguientes al reinado de Isabel II, tiene entre otros motivos, su origen en el uso de otras costumbres que imponían los nuevos monarcas. Un hecho reseñable, es conocido como "la conspiración de las mantillas". Una forma de protesta de las mujeres españolas frente a las nuevas costumbres extranjeras que parecían imponer Amadeo I, rey de España, (Amadeo de Saboya, 1845-1890), y su esposa María Victoria, Amadeo I renunció al trono de España al cabo de poco tiempo, (sobre unos tres años), apróximadamente. Debido a la "ingobernalidad" de los españoles. A finales del XIX y a principios del XX, la mantilla deja de ser una prenda de uso. Tan solo se conserva, una pequeña "mantilla" que  suelen usar las señoras en la iglesia, a la que se la conocía como "toquilla", (pañuelo generalmente triangular), que se ponen en la cabeza, sin peina. Pero esta costumbre fue perdiendose hace unas décadas, hoy se entra en la iglasia sin "velo". Actualmente, la mantilla se puede ver mayormente, en los toros, la Semana Santa, bodas, procesiones y ceremonias diversas. Y hablando de ceremonias, vamos a ver cómo "vestir" la mantilla...

VESTIR LA MANTILLA

Para cualquier tipo de evento, (boda, toros...), debe tener el largo adecuado a cada persona. Por la parte delantera, deberá contar con un largo hasta la altura de las manos, y por la parte trasera, un largo hacia el final de la cadera, (no debe sobresalir del borde del vestido). Para evitar el "vuelo" de la mantilla, es conveniente sujetarla al vestido discretamente en los hombros). 
          SEMANA SANTA



     

Dicen los estilistas, que un truco para hacer una buena sujeción y con la suficiente "holgura"; ladear la cabeza al lado izquierdo y sujetarla al hombro derecho y viveversa. El vestido siempre negro y puede ser largo o corto, sin transparencias o muy escotado y si es corto, debe ser por debajo de las rodillas. Calzado negro, tacón medio o alto, tipo salón con medias negras, lisas. Complementos: Bolsito, guantes, rosario, pendientes largos o cortos, de plata, ( en Sevilla también se usan los encastados en coral), preferentemente un crucifijo en el cuello, medalla y menos un collar. Ojo, si se pone algo de lo dicho anteriormente en el cuello, no se debe poner broche en el vestido. Para cubrirse del frío, mejor una estola. No poner claveles en cabeza ni vestido.

El Jueves Santo la mantilla puede colocarse a media cabeza, el Viernes Santo, debe cubrirse hasta el nacimiento del cabello. La peina, proporcionada a la altura de la mujer. La mantilla irá fruncida muy igualdada y bien sujeta con un broche en la parte trasera de la cabeza.

Hay varias opciones en función del presupuesto y del gusto personal.

BLONDA

Es un tipo de encaje de seda, caracterizado por la utilización de grandes motivos, sobre todo florales que se realizan en seda más brillante que el resto de la mantilla (que se suele realizar en seda mate, para hacer resaltar más los bordados). Tiene una característica muy peculiar, que son las ondulaciones de sus bordes, al que algunos autores han denominado "puntas de castañuelas" por su similitud con estos.

CHANTILLY

Como su nombre indica, utilizan un tejido proveniente, de esta ciudad francesa, ligero y elegante. Al igual que el resto de las mantillas, suelen estar profusamente bordado en diversos motivos. 

TUL


Es un tejido delgado y transparente, de seda, hilo de algodón y podemos decir que es tachado de más "corriente". Suelen utilizarse a modo de imitación de las mantillas de blondas y chantilly. Son las conocidas mantillas de encajes.
Los encajes granadinos son tan valorados como únicos.
LA PEINA

 Una adecuada a nuestra altura y la de nuestra pareja, si vamos acompañadas. Las mejores son las de carey, aunque las hay de otras variedades. En todo caso, hay que ajustarla bien al moño y cubrirla de forma correcta y bien equilibrada con la mantilla.

UNA BODA

Si la boda es durante la mañana, podemos lucir la mantilla, con vestido corto. Si la boda es por la tarde-noche, con vestido largo. Hay que tener en cuenta dos cosas: solo se visten en ceremonias religiosas, (si la boda es civil, lo mejor es olvidarnos de la mantilla), y en todas las bodas de cierta etiqueta, (cuando se viste traje de gala o chaqué el novio. Por último, los colores. Según marca la tradición, la mantilla blanca o marfil, solo la visten las solteras, (excepto en los toros), y la mantilla negra queda reservadas para las casadas. (aunque hoy día no es raro ver como se vulneran estas normas...  
                                                  
Foto: gentileza de José Luis Tirado Fernández, cuyo documento de antaño añade un enorme valor a la entrada.
¡Gracias! 
     

                                                     
Foto: Franconetti, una menda con mis padres y hermano, Jueves Santo del año 1967. En otra ocasión me veréis vestida de mantilla, seguidores , soy muy clásica...





Datos históricos recopilados.